La preocupación ante una futura reestructuración tras la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de BBVA sobre Sabadell es algo que comparten las plantillas de ambas entidades, conscientes de los “daños colaterales” que las operaciones de este tipo han tenido en el pasado reciente, especialmente en el sector bancario, donde aún se recuerda la fusión entre BBV y Argentaria en 1999 de la que salió Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), diez años después de que Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya se unieran para dar luz a BBV.
Además, hay que recordar que la plantilla de BBVA viene de un reciente ERE que la entidad realizó en 2021 para reducir costes y que disminuyó su plantilla, mediante salidas pactadas (2.725) y excedencias (210), en 2.935 personas.
Aunque aún no se sabe si prosperará la operación lo cierto es que la entidad resultante de la unión BBVA-Sabadell evitará duplicidades para optimizar su rentabilidad al máximo. Ya se ha anunciado que supondría el cierre de unas 300 oficinas lo que conllevaría una nueva destrucción de puestos de trabajo.
En Euskadi hay aproximadamente 1.150 empleados de BBVA y 350 de Sabadell de los 121.500 y 19.000 que tienen ambas entidades respectivamente en toda España, por lo que la fusión entre ambas compañías podría repercutir en 1.500 personas en el territorio vasco.
Además, ambas entidades cuentan con una red formada por más de 200 oficinas en la geografía vasca. Y, aunque la presencia del Sabadell se extendió con mayor fuerza tras la adquisición del Banco Guipuzcoano en 2010, más del 60% de dichas sucursales pertenecen al banco vasco.
Pérdida "significativa" de empleo
Desde UGT y CCOO no ocultan su "profunda preocupación respecto a los
riesgos potenciales asociados a la OPA hostil de BBVA sobre Banco Sabadell. "La fusión propuesta, de llevarse a cabo, podría tener consecuencias significativas para la economía, especialmente en términos de disponibilidad de crédito y empleo, afectando tanto a autónomos y pequeñas y medianas empresas (pymes), como a las familias (tanto de financiación domestica como por acceso a la vivienda), y produce una grave preocupación en el personal empleado en ambas entidades financieras", advierten.
Centrándose en las consecuencias para el empleo, el análisis llevado a cabo de forma conjunta por ambos sindicatos alerta de "una posible reducción significativa de
empleo", ya que como resultado de la fusión estiman una pérdida de entre 7.685 y 10.567 puestos de trabajo, con un impacto especial en Cataluña, Comunidad Valenciana, Asturias y Galicia, donde el Banco Sabadell tiene una fuerte presencia.
Esta fusión, denuncian, no sólo "produciría la destrucción de un gran número de empleos en ambas compañías", sino que además, "la reducción de la capacidad de las empresas y autónomos para acceder al crédito, supondría la destrucción de empleo en múltiples sectores, no solo en banca". Por eso ambos sindicatos subrayen su inquietud "porque esta operación destruya un gran número de puestos de trabajo, tanto del sector bancario como el vinculado a la pequeña y mediana empresa, sobre todo catalana pero también del resto del Estado".
"Preservar el talento de ambas entidades"
No obstante, según se comprometió el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, en la Junta General Extraordinaria convocada el pasado 5 de julio para aprobar la ampliación de capital necesaria para avanzar en la OPA, “una de las prioridades de BBVA en este proceso será preservar y promover el mejor talento y la cultura de ambas entidades".
Así, la integración de las plantillas, adelantó, se basará "en criterios de competencia profesional y mérito" y destacó que "los empleados formarán parte de un equipo más grande, en el que tendrán mayores oportunidades de desarrollo y crecimiento profesional”.
En la carta que Torres envió a Sabadell dando a conocer su propuesta hace unos meses, se comprometió a “la formación de un comité de integración con representantes de ambas organizaciones, con el fin de diseñar el mejor proceso de integración, buscando potenciar al máximo el talento de ambas entidades, el respeto en todo caso de los principios de competencia profesional y mérito en la integración de las plantillas, sin la adopción de medidas traumáticas o que afecten singularmente a los empleados con origen en una de las dos entidades; la configuración del equipo directivo de la entidad fusionada con ejecutivos procedentes de ambos bancos, atendiendo a principios de competencia profesional y mérito, procurando guardar la proporcionalidad en función del peso relativo de los negocios; y la creación de un consejo asesor para España que contaría con relevancia institucional y comercial y al que se incorporarían actuales consejeros y ejecutivos de ambas entidades”.
Con esta operación, aseguró, incrementarán su compromiso con los territorios con mayor presencia, por lo que se mantendrá el centro corporativo de Sant Cugat y se utilizarán ambas marcas en aquellas zonas o negocios donde puedan tener un “interés comercial relevante”.
Según las estimaciones de BBVA, los gastos de reestructuración tras la fusión con Sabadell, entre los que se incluyen las salidas de empleados y los cierres de oficinas, se cifrarían en 1.450 millones de euros para que, una vez realizados estos ajustes, lograr un ahorro de 850 millones de euros anuales.