En pleno proceso de estudio de las más de 50.000 alegaciones personales -y otras tantas de consistorios, administraciones y asociaciones cuyas zonas se verían comprometidas- al proyecto de tres macro parques fotovoltaicos proyectados por la energética Solaria, las críticas y concentraciones en su contra han vuelto a surgir en los últimos días.
El posicionamiento popular hacia esta instalación, que contaría con 103.432 placas solares que superarían las 374 hectáreas ocupadas -más de 100 hectáreas cada parque fotovoltaico- distribuidas en los municipios alaveses de Vitoria, Ribera Baja, Zigoitia, e Iruña de Oca, es ya de sobra conocido por los vascos y así lo han exteriorizado en múltiples ocasiones... La última la de los vecinos de Ribabellosa se concentraban bajo el lema "Renovables sí, pero así no".
Según han explicado los vecinos de este municipio, la central fotovoltaica Ekienea prevé la instalación de una línea de evacuación desde Lacorzana hasta Puentelarra, instalación que supondría "dos nuevas cicatrices en el territorio", y en esta línea han denunciado que las instituciones han convertido los Valles Alaveses en "territorio de sacrificio, esquilmando el medio rural para el enriquecimiento de las grandes empresas energéticas y constructoras, poniendo en peligro la vida en los pueblos".
A su juicio, la sustitución de las fuentes de energía basadas en combustibles fósiles por fuentes de energía "mal llamadas renovables, están destrozando los ecosistemas, las economías y las comunidades del mundo rural, y la nefasta gestión de las administraciones públicas está poniendo en un grave peligro el entorno rural", y han pedido a Lakua -como ya han hecho muchos otros agentes sociales- la paralización de todos los mega proyectos que "asolan los Valles" y que se estudien alternativas que permiten un mayor consenso y una mayor cohesión del territorio, "yendo más acorde con las necesidades de sus habitantes, y que tienen un muchísimo menor impacto medioambiental".
Lakua decide
Será el departamento de un recién estrenado Mikel Jauregi el que tendrá que decidir en los próximos meses que alternativa tomar: una más conciliadora con las demandas de los vecinos vascos o una continuista al plan de su antecesora Arantxa Tapia bajo el paraguas de una de las principales apuestas del antiguo Gobierno, la ley de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi.
Y esto supondría no solo dar el visto bueno al controvertido proyecto de sus tres macro parques y su correspondiente línea de alta tensión que atravesaría los territorios de Álava y Bizkaia, también marcaría al mismo como precedente para los más de 30 parques que esta energética tiene ya planeados para Euskadi y que tienen en contra a vecinos, asociaciones, ecologistas e incluso miembros del propio PNV.