Este miércoles finaliza el plazo de alegaciones a los tres macroparques proyectados por Solaria en Álava, tres instalaciones fotovoltaicas que aportarían hasta 150 millones de euros a las arcas públicas alavesas durante su vida útil. Debido a la multitud de críticas, el fin de este plazo -que arrancó el pasado 8 de mayo- tuvo que ser pospuesto del 12 de junio al 10 de julio, periodo de tiempo en el que las alegaciones y el rechazo público han aumentado considerablemente. 

Uno de los primeros en rechazar la instalación de los parques y la línea de más de 100 kilómetros de alta tensión que transportaría la energía hasta Bizkaia fue el diputado general de Álava, Ramiro Gonzalez. "Alguno de los proyectos fotovoltaicos de Solaria tienen un camino muy difícil por delante y, probablemente, no prosperarán, al verse afecciones medioambientales y urbanísticas", adelantaba el mes pasado. Dado el peso de su opinión, su apuesta por buscar alternativas fue sonada, si bien no fue la única. 

Y es que a su negativa se han unido multitud de agentes sociales, asociaciones vecinales y agrícolas y grupos ecologistas. Una de las más numerosas fue la presentada esta misma semana por los vecinos de Gorbeialdea, que comprende los municipios de Urkabustaiz, Zigoitia y Zuia. Han sido más de 5.400 habitantes los que han presentado alegaciones individuales asegurando que los proyectos de Solaria “amenazan el entorno en que viven, trabajan y del que se sienten parte”.

Acusación similar es la que lanzan desde el Ayuntamiento de Amurrio y la Junta Administrativa de Lezama, de Baranbio y de Larrinbe, que también han presentado alegaciones. Dichas quejas cuestionan numerosos aspectos del Estudio de Impacto Ambiental presentado por la propia energética, y es que, según estas administraciones locales, dicho informe "contraviene las determinaciones" del Plan General de Ordenación Urbana del municipio, recientemente aprobado, y presenta, "en ciertos casos, un impacto severo sobre el medioambiente del municipio".

A estas críticas se suman las de representantes de muchos otros municipios por los que el trazado de alta tensión tendría que pasar camino a su destino, el Puerto de Bilbao. Por lo que se prevé que la instalación del mismo sea foco de atención y polémica en los próximos meses. 

Trabajador de Solaria/Solaria

La compañía busca alternativas

Por su parte, desde la energética, además de recalcar los 150 millones de euros que este proyecto dejaría en arcas públicas, asegura que está manteniendo numerosos encuentros con “con todos los actores concernidos a nivel local con la idea de modificar el trazado de la línea reduciendo las afecciones”.  De esta manera, Solaria no descarta posibles modificaciones que puedan contentar a algunos de los municipios que se verían afectados por la línea de más de 100 kilómetros. 

En busca de un consenso o de una solución que fuese favorable para los diferentes agentes sociales, el director de Solaria, Darío López, se reunía la semana pasada con la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia. Encuentro del que no trascendieron muchos detalles al margen de que, tal y como recalcaron desde la compañía a su salida, la energía generada por este proyecto permitirá la "venta de electricidad a precios muy competitivos para la industria vasca".

Trayecto de la línea de alta tensión de Solaria / CV

El proyecto

Cada uno de los parques solares Zierbena 2, Zierbena 3 y Zierbena 4, contaría con 103.432 placas solares que superarían las 374 hectáreas ocupadas -más de 100 hectáreas cada parque fotovoltaico-  distribuidas en los municipios alaveses de Vitoria, Ribera Baja, Zigoitia, e Iruña de Oca.

La energía producida por dichas instalaciones, se transportaría a través de una línea de evacuación de alta tensión de 101 kilómetros que supondría una inversión de 45 millones de euros para Solaria y que atravesaría Álava de norte a sur por las localidades de Ribera Alta, Ribera Baja, Iruña de Oca, Vitoria, Zuia, Urkabustaiz, Amurrio, Ayala y Ocondo. Esta entraría en Bizkaia por Gordejuela y afectaría a otros siete pueblos bizkainos hasta llegar a Zierbena. 

Este sería el lugar escogido para descargar la energía producida, una instalación que se construiría a menos de cinco kilómetros del puerto bizkaino y que dotaría de energía a este punto vasco que se encuentra inmerso en su transición hacia un modelo más verde. 

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