Vuelven poco a poco a encenderse los motores de la industria pesada tras el parón de agosto. Comienza un nuevo curso económico que hereda deberes de una primera mitad de 2024 templada para los grandes sectores. Varias de las principales siderúrgicas vascas inician septiembre en ERTE aunque con vocación de recuperar la normalidad cuanto antes si el mercado repunta.
Sidenor arranca este miércoles su principal acería en su sede de Basauri, un centro productivo que mantiene el tirón este año pese a que la demanda sí se resintió en el tramo final de 2023. Los cuarteles generales del grupo de José Antonio Jainaga recuperaron de hecho hace unos meses el cuarto relevo en la acería perdido por ese bajón de la carga de trabajo, lo que puede considerarse un 'triunfo' teniendo en cuenta la situación general del mercado en el sector.
En cambio, otras dos de las referencias del grupo, Azkoitia y la cántabra de Reinosa (Sidenor tiene también centros productivos en Vitoria y Legutio), han atravesado el ecuador del año en ERTE. Hay que recordar que las previsiones trazadas el año pasado por la dirección del grupo eran optimistas ante las expectativas que estaban generando mercados como las renovables o la eólica, de hecho llegó a ponerse sobre la mesa una importante inversión para relanzar la producción de piezas grandes, pero finalmente la realidad de 2024 ha sido más fría de lo esperado en gran parte por la debilidad de la automoción.
Así las cosas, con esa inversión en stand by a la espera de que se normalice la producción, las dos plantas en las que se aplica el ERTE, aprobado hasta abril, encaran el otoño a medio gas, aunque se prevé que dirección y parte social se reúnan en diciembre para valorar si la situación permite levantar ya el expediente unos meses antes.
Azkoitia, en negociación
La planta guipuzcoana de Azkoitia, con algo más de 300 trabajadores, afronta además ahora unos meses clave a nivel laboral ya que tras meses de atasco deben empezar a fluir las conversaciones para renovar el convenio. Con mayoría de ELA y LAB, la planta quedó fuera del acuerdo global del ERTE firmado por CCOO, UGT y USO a nivel de grupo y en los primeros contactos por el convenio antes del verano las posturas estuvieron muy alejadas.
De salida la petición de subida salarial de la mayoría sindical se ve como inasumible por la dirección de la fábrica, y a ese punto habrá que sumar otras divergencias que irán surgiendo durante la negociación, que por otro lado se produce además en ese contexto de pugna por atraer esa inversión pendiente.
El mayoriario ELA, con 5 de los 13 delegados que forman el comité de la planta guipuzcoana (LAB tiene tres), denunciaba en marzo que Sidenor ponía en la mesa el ERTE "para condicionar" la negociación del convenio y tratar de "imponer las paupérrimas condiciones" del acuerdo marco del grupo.