Son días de máximo trajín en los despachos económicos de las instituciones. Octubre es el mes de los presupuestos, el que arroja luz definitiva sobre la salud de las arcas públicas y permite intuir ya si habrá sustos el año siguiente. Noël d'Anjou, banquero de carrera y que se estrena en esta función en el Gobierno vasco, está obligado a sacar chispas a cada euro invertido en los próximos presupuestos.

El contexto es más que complejo en lo económico y también por el marco político. Noël d'Anjou es el encargado de cuadrar unas cuentas que se mirarán con lupa no solo por la oposición, también por agentes empresariales, sindicales y sociales en busca de la primera confirmación de que lo prometido en campaña por Imanol Pradales va en serio.

El lehendakari y su partido saben lo que hay en juego en pilares de la administración como Osakidetza, cuya imagen pasa en buena medida por disponer de más recursos. El departamento de d'Anjou ya ha dado en ese sentido algunas pistas sobre los presupuestos del año que viene en unas directrices que incluyen como prioridades, además de la salud, reforzar la atención social en su conjunto, paliar el problema de la vivienda o impulsar la industria, la innovación y la generación de talento.

Será en un par de semanas cuando el consejero traslade al conjunto del ejecutivo sus planes más concretos área por área para enviar las cuentas luego al parlamento. Antes, ya este martes, deberá cerrar con las diputaciones en su primer Consejo Vasco de Finanzas cuánto dinero hay disponible realmente este año y cuál es la previsión de ingresos para sostener esos presupuestos de 2025.

El consejero de Hacienda, Noël d'Anjou / EP EP

El agujero de los mutualistas

Ha transmitido d'Anjou en sus primeros meses al frente del departamento de Hacienda una imagen de consejero sumamente discreto. Ha tratado en sus escasas apariciones públicas, incluida su presentación en el parlamento, de desgranar lo mínimo sobre su percepción de la evolución económica y del margen disponible para gastar a la espera de contar con datos fiables de recaudación por parte de las haciendas forales.

La gran incógnita es a cuánto ascenderá el agujero de las devoluciones a los mutualistas. Tras un inicio de año muy por debajo de las expectativas, la recaudación ha ido recuperando el tono y llegó a anotar un 2% en positivo en agosto, pero aun no está recogido ahí todo el impacto de esos pagos, que en conjunto podrían superar los 700 millones de euros.

No todos esos millones se restarán al balance de 2024, aunque sí será a priori este el ejercicio más castigado por esas sentencias judiciales. La hacienda vizcaína, la que marca el compás, ha estimado un impacto por encima de los 400 millones de euros.

Solo la numantina resistencia del mercado de trabajo, que desde hace años sigue rompiendo los esquemas de los analistas por su resiliencia en el incierto panorama económico, impide considerar una verdadera hecatombe financiera el asunto de los mutualistas. El empuje de los salarios y del IRPF en general es tal que incluso una millonada de ese calibre se puede considerar en estos momentos un mal asumible.

Y eso que, dejando de lado el bajón de actividad por la pandemia, que en perspectiva las arcas vascas pudieron sortear bastante bien, se trata de la amenaza más inquietante para 'los dineros' de Euskadi desde el caso del IVA de Mercedes en los ejercicios 2017 y 2018 (un cambio societario en la multinacional amenazaba con privar a la hacieda alavesa de 200 millones al año, pero el asunto se paralizó con presiones políticas al máximo nivel). 

El lehendakari, Imanol Pradales, saluda al vicelehendakari y Consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, en el Parlamento vasco / EFE EFE

Crecimiento económico

Conocido el volumen de ingresos previsto a cierre de diciembre, otros factores de la ecuación están más claros. El consejero de Economía y Trabajo, Mikel Torres, ha confirmado que la economía vasca crecerá sobre el listón del 2% en 2025 y no hay síntomas de agotamiento en el mercado de trabajo a pesar del mal momento de algunas industrias punteras y su impacto en toda la cadena de la automoción.

Tanto Torres como d'Anjou han hablado de presupuestos expansivos para 2025, un lugar común que sirve para concretar poco o nada. Tampoco es una sorpresa que Pradales anuncie "el presupuesto más alto de la historia".

Euskadi cuenta a su favor con un balance financiero saneado (algo más del 12% de deuda sobre el PIB) que le permite a priori estirar algo el chicle del endeudamiento para sortear lo más hondo del bache de los mutualistas, aunque no se esperan grandes volantazos por parte de d'Anjou en relación a la política de máximo rigor de Pedro Azpiazu.

Exposición de Talgo en una feria europea

Finkatuz y el arraigo

Y con todo este puzzle, el ex de Kutxabank va a tener que sudar estos días para que salgan las cuentas. Entre los frentes prioritarios de gasto, dentro de ese gran objetivo de relanzar el sector industrial, aparecen las posibles inversiones en empresas tractoras.

A estas alturas parece claro que no habrá fondo soberano como tal, lo que sí hubiera supuesto un desembolso desorbitado, sino que se busca más una especie de 'cajón de sastre' que sirva para coordinar el dinero de entidades financieras, fondos de pensiones o inversiones familiares.

El presidente de BasqueFIK, Jon Ander de las Fuentes, con el consejero de Hacienda y Finanzas, Nöel D'Anjou. BasqueFIK

Y aun así estos días, en el marco de la incertidumbre que viven empresas tractoras en Euskadi como Talgo, ha vuelto a sonar con fuerza la posibilidad de que Finkatuz, el fondo para el arraigo impulsado por Iñigo Urkullu, vuelva a ser protagonista. El propio Azpiazu contemplaba en anteriores borradores presupuestarios operaciones que nunca terminaron de concretarse y esa renuncia puede convertirse ahora en un auténtico salvavidas para d'Anjou.

Con dos tercios del presupuesto consignado por Azpiazu sin gastar, el fondo del Instituto Vasco de Finanzas presenta una hucha de 200 millones de euros, una cantidad nada despreciable para acometer un puñado de operaciones interesantes.

Hay que tener en cuenta que, por su idiosincrasia, Finkatuz se orienta a participaciones minoritarias. Su gasolina será suficiente o no también en función de la disposición a invertir del resto de agentes implicados en la estrategia de inversiones que coordina el clúster financiero. En ese reajuste de partidas presupuestarias d'Anjou tiene en esa hucha un alivio al menos a corto plazo.

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