Pesa, el nuevo candidato europeo a entrar en Talgo
- La compañía polaca es ya un agente conocido para el fabricante de trenes de origen vasco
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- Sidenor ofrece a Trilantic más de 100 millones para adquirir su parte en Talgo
Tras el 'no' al grupo húngaro Ganz Mavag y el 'no' a la checa Škoda, hace unas semanas entraba en juego la polaca Pesa, propiedad del Ejecutivo polaco. Un nuevo agente en el juego -aunque ya conocido para el fabricante de trenes español- que podría cambiar el rumbo de las negociaciones, así como el futuro de Talgo.
Si bien la operación se articularía a través de esta compañía -actualmente la mayor fabricante polaca de vehículos ferroviarios-, el medio polaco Business Insider Polonia asegura que es directamente el gobierno de Donald Tusk el que está interesado en adquirir una parte mayoritaria de Talgo.
Parte mayoritaria que actualmente corre a cuenta de Pegaso, una sociedad formada por el fondo Trilantic -fundado por exdirectivos del negocio de banca comercial de Lehman Brothers-, el empresario Juan Abelló y distintos miembros de los Oriol (fundadores de Talgo), con un 40,2% del capital.
Además, según informa este medio polaco, el primer ministro polaco contaría con el visto bueno de todo su equipo ejecutivo y estaría ya en conversaciones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para llevar a cabo la operación.
Con historia centenaria
Aunque actualmente la empresa es uno de los fabricantes de material rodante más modernos de Polonia, esta cuenta con una trayectoria centenaria y ha atravesado diferentes etapas, incluida la que el Gobierno polaco tuvo que hacerse con la mayoría de la compañía.
Sus inicios se remontan al siglo XIX, cuando en el cruce ferroviario de Bydgoszcz se fundaron los talleres de reparación del ferrocarril prusiano oriental que conecta Berlín con Königsberg. Desde 1851, la compañía ha ido sumando proyectos y trabajadores hasta alcanzar una plantilla de en torno a 4.000 empleados, que es con la que cuenta actualmente.
En noviembre de 1995, la empresa se transformó en una sociedad anónima del Tesoro del Estado, cuyas acciones se transfirieron al año siguiente a NFI, fondos de inversión nacionales. Una operación que, según se puede leer en la propia página web de la compañía polaca, por aquel entonces "no mejoró la situación de la empresa, sino que más bien la debilitó".
Tras años en los que el fabricante de trenes polaco atravesó una situación delicada, debido principalmente a problemas con el mercado ruso, en 2018 el Fondo Polaco de Desarrollo adquiría la mayoría de acciones de la empresa, movimiento gracias al cual Pesa pudo recuperarse.
La polaca Pesa, conocida para Talgo
Lo cierto es que esta compañía polaca, con Krzysztof Zdziarski como CEO, es ya conocida para Talgo, dado que el pasado mes de septiembre ambas firmaron un acuerdo que les abría la puerta a una colaboración profunda y una combinación de soluciones y equipos de cara al futuro más cercano-
Un acuerdo que llevaba, según medios polacos, más de dos años negociándose y que se hacía con el fin de facilitar la llegada de la alta velocidad y muy alta velocidad al país europeo; de manera que en conjunto optasen a licitaciones en los concursos que el Gobierno polaco tiene previsto sacar en 2025, además de otros desarrollos de alta velocidad.
Así, el documento firmado por el presidente de Talgo, Carlos Palacio, y el presidente de Pesa, Krzysztof Zdziarski, abarca trabajos de cooperación en tres principales áreas de negocio: la preparación de una oferta para el proceso de adquisiciones anunciado para material rodante rápido, que se anunciará en Polonia en 2025; la preparación de ofertas para otros futuros proyectos de alta velocidad en países vecinos y determinar las posibilidades de cooperación en la ejecución de otros proyectos ferroviarios.
A la espera de que el Gobierno español dé el visto bueno o no, y de que se determine en papel que jugaría en la operación Sidenor, la compañía polaca Pesa se posiciona como un firme candidato a hacerse con la española, dada su cercanía y acuerdos previos. Habrá que ver si estos son suficientes para convencer a las instituciones españolas.