Guascor entra en un plan europeo de refinerías inteligentes para reutilizar estiércol
- La empresa vasca participa junto a universidades y centros tecnológicos en el diseño de un sistema que busca revolucionar la gestión de residuos ganaderos en Europa
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Algunas zonas de Euskadi viven de cerca el problema que suponen los residuos de origen animal. La contaminación de suelo y aguas o los malos olores son algunos de los inconvenientes que generan las grandes explotaciones ganaderas, que como el resto de actividades económicas encaran su propio viaje hacia la sostenibilidad.
Hace unos años fue muy mediático el proceso judicial que rodeó al proyecto para levantar una planta de tratamiento de purines de Karrantza, una zona de Bizkaia volcada en el sector primario y con una orografía y geología que favorecen la dispersión de excrementos y orines de las vacas.
El plan había recibido ayudas millonarias tanto de Gobierno central y vasco como de Diputación de Bizkaia que, al no terminarse las instalaciones, acabaron evaporándose.
Aquel fallido proyecto para el tratamiento de residuos animales terminó con media docena de condenados por la vía mercantil (entre ellos un alto cargo del área de Agricultura del Gobierno vasco y el entonces alcalde de la localidad vizcaína).
Una década después del inicio de aquellos juicios, una iniciativa de una empresa privada pretende finalizar la construcción de las instalaciones y activar finalmente el tratamiento de purines en Karrantza para obtener biogás y abonos.
Consorcio ManuRefinery
A nivel de laboratorio, además, se sigue investigando para encontrar salidas a los purines. Una de ellas puede ser el aprovechamiento de los nutrientes que aun quedan en los residuos para producir alimentos para otros animales, para lo que ya ha habido algunas experiencias piloto sobre todo en el caso de purines de origen porcino.
Ahora un consorcio de universidades, centros tecnológicos y empresas europeas ha puesto en marcha la iniciativa ManuRefinery para dar cauce entre otras a esta posibilidad y demostrar que es viable aprovechar esos excrementos, también en este caso de ganado vacuno, que es el que más estiércol genera en Europa con diferencia, para producir piensos o fertilizantes de origen biológico.
El proyecto está comandado por la Universidad de Valladolid y el Instituto Tecnológico de Aragón y entre las empresas participantes está la vasca Guascor Energy, hasta 2022 propiedad de Siemens y ahora del fondo alemán Mutares.
Fundada en los años 60 del pasado siglo, Guascor se dedica a la fabricación de motores diseñados para la generación de energía, cogeneración, conversión de residuos y uso marítimo. Cuenta con un centro de producción en Zumaia y con instalaciones dedicadas a la I+D en Vitoria.
Un proyecto de cuatro años
La compañía vasca trabaja en varias líneas orientadas a la sostenibilidad y anunció hace un par de años un motor capaz de funcionar integramente con hidrógeno para 2025.
En el caso de ManuRefinery el papel de Guascor va orientado a esa fase tecnológica que incluye el montaje de esas biorrefinerías inteligentes, que utilizarán análisis de datos y gemelos digitales para asegurar la replicabilidad de los procesos.
En el proyecto, que cuenta con financiación de la Unión Europea, participan más de 20 socios de nueve países e inicialmente la idea es que las pruebas se realicen en granjas de Eslovenia, Rumanía y España. El programa, aun en fase incipiente, ha arrancado este otoño y su finalización está prevista en 2028.