La compra de Talgo por Sidenor entra en la recta final con el traslado de la sede como principal obstáculo

Ha sido una de las negociaciones más importantes del 2024, implicando a diferentes agentes como Gobierno central, Gobierno vasco y compañías privadas internacionales, pero todo parece indicar que, pese a todos los vaivenes que ha tenido, finalmente, la venta de Talgo se cerrará en las próximas semanas. 

Ministerio de Transportes

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Y es que cuando parecía que el nombre de José Antonio Jainaga comenzaba a diluirse de la compleja operación, ambos ejecutivos han reiterado su apuesta por el perfil vasco, apuntando además que se espera que la transacción finalice a la par que el mes de enero. 

Y es que, cuando el apellido Jainaga se erigió como una de las plausibles opciones para comprar al fabricante de trenes -con 700 trabajadores en su planta vasca-, se acogió con positividad y confianza en que era el perfil perfecto para llevar a cabo esta operación. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido diferentes frentes que han alejado al dueño de Sidenor de finalmente ser el comprador. 

Empezando por el capital que Jainaga estaba dispuesto a poner para hacerse con la parte mayoritaria de Talgo, actualmente del fondo Trilantic -fundado por exdirectivos del negocio de banca comercial de Lehman Brothers-, que pedía cinco euros por acción, mientras que el empresario vasco ofrecía un euro menos, cuatro por acción - en torno a 147 millones por el 30% de la compañía-. 

Una oferta que además se complicó después de que el pasado 31 de diciembre venciese el pacto que tenían el fondo de inversión con el empresario Juan Abelló y distintos miembros de los Oriol (fundadores de Talgo), con el que sumaban un 40,2% del capital, bajo en nombre de Pegaso. Un vencimiento que ‘liberaba’ a los estadounidenses y los dejaba como únicos responsables de la venta de su parte, ante la que también optan otros candidatos como la polaca Pesa o los indios, Jupiter Wagons.  

Un candidato, el europeo, que volvía a sonar con fuerza este viernes después de que se hiciese público, que habrían contratado ya los servicios de Société Générale para intentar hacerse con la mayoría del capital de la compañía española. Movimiento que hizo que el fabricante de trenes subiese por encima del 6% en Bolsa. 

Planta vasca de Talgo en el polígono industrial de Álava Arasur Luis Miguel Añón

La sede, el mayor escollo

Sin embargo, este no es el único motivo por el cual la posible venta de Talgo a Sidenor se habría retrasado. La sede central, actualmente ubicada en Las Rozas, Madrid, habría jugado y jugará un papel importante en la fase final de la negociación. 

La apuesta del Gobierno vasco era clara, tal y como apuntó el lehendakari, Imanol Pradales, el pasado mes de diciembre, Lakua “estaba dispuesta a acompañar y apoyar” al candidato vasco en la compra de Talgo con la condición de que la sede social o fiscal del fabricante de trenes “estuviese en Euskadi”. 

Así, la ayuda del Ejecutivo se canalizaría a través del fondo público Finkatuz, cuyas últimas operaciones se formalizaron hace ya tres años. Por lo que, aunque consejeros de Pradales se han negado a desvelar la cifra con la que formalizarían esta ayuda, esta tendría como principal condición el traslado de la sede a Euskadi.  

Una condición que tal y como marca los estatutos del propio fondo, no sería necesaria, puesto que abarca tanto a empresas con sede en Euskadi como a compañías que tengan un peso tractor en la economía y sociedad vasca -pese a que su domicilio fiscal no esté en Euskadi-; y que se dibuja complicada de llevarse a cabo, pues podría abrir una grieta política al descontentar al Gobierno autonómico del territorio en el que actualmente se encuentra la sede, la Comunidad de Madrid. 

La compra de Talgo por Sidenor entra en la recta final con el traslado de la sede como principal obstáculo Talgo

La multa de Renfe

Otro de los obstáculos que han retrasado la operación de compra por Jainaga ha sido la multa que Renfe interpuso el año pasado a Talgo por el retraso de entregas en pedidos pendientes. Una sanción que alcanza los 160 millones de euros, de los cuales 116 ya habrían sido ejecutados pese a la negativa del fabricante de ferrocarriles que la considera ‘improcedente’. 

En esta línea, y según fuentes cercanas al empresario vasco, este esperaba que la multa por parte de la empresa pública de transporte fuese perdonada en caso de que fuese un perfil español el que optase a comprar Talgo, como es el caso de Jainaga; un movimiento que no ha quedado claro y que, de no ser así, podría llevar al vasco a desinteresarse en su oferta. 

Y es que la entrada en Talgo no solo supondría la inversión inicial por su compra, a esta se le sumaría la multa a la que tendrían que enfrentarse, además, de las enormes inversiones que se tienen que acometer en vistas a un futuro próximo y enfocadas a ampliar las fábricas, finalizar pedidos pendientes y mejorar la capacidad productiva de la compañía. 

El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno Vasco, Mikel Jauregi EFE

“La última txanpa”

Estas son algunas de las claves que se han puesto sobre la mesa después de que el nombre José Antonio Jainaga saltase ‘a la palestra’. Y lo hiciese como el ‘mejor’ candidato para el Gobierno central y vasco, que han indicado en los últimos días que la operación se encuentra en la fase final, según el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, “en la última txanpa”, que esperan finalizar a finales de este mismo mes.

Consejero que, así como ya hizo el ministro de Transportes, Óscar Puente, señalaba a Jainaga como el candidato perfecto dado “su proyecto a futuro, su experiencia, la intención de mantener el arraigo vasco y de hacer lo consiguiente con los puestos de trabajo en Euskadi”. 

Así, el perfil vasco se erige sobre los otros dos candidatos que han sonado con más fuerza las últimas semanas, candidatos que según apuntan fuentes del comité de Talgo, habrían visitado las instalaciones de la compañía este primer mes del año.