
El CEO de Basquevolt, Francisco Carranza, en una campaña de recogida de alimentos
Basquevolt probará baterías a tamaño real con dos fabricantes de coches a final de año
La compañía de Miñano confía en ganarse la confianza de un nuevo inversor en esta fase de pruebas, en la que se pasará de los 20 a los 80 amperios hora
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El escenario se ha complicado por la falta de avances sólidos del vehículo eléctrico en los concesionarios y eso ha obligado a Basquevolt a liberarse del corsé de los plazos. La compañía vasca de baterías asume una caída del apetito inversor en torno a la movilidad eléctrica, lo que va a suponer retrasos en el crecimiento del proyecto, aunque la vocación de avanzar en el frente tecnológico sigue intacta.
Se cumplen cuatro años desde que la firma que aspira a comercializar una nueva batería más barata y con más autonomía inició su andadura, primero dentro del cascarón del CIC Energigune y luego en el edificio Marie Curie de Miñano.
Basquevolt fue uno de los proyectos estrella del área industrial del Gobierno de Urkullu con Arantxa Tapia a la cabeza, y de hecho el propio Ejecutivo vasco participa en el capital de la sociedad desde su alumbramiento junto al CDTI (Gobierno central), Enagás, CIE Automotive, Iberdrola e InnoEnergy.
Estos inversores han ido renovando su confianza con nuevas aportaciones que han permitido dar los primeros pasos críticos a nivel tecnológico, aunque en la hoja de ruta se contemplaba llegar a este año ya con al menos un socio principal más que aportara músculo económico para iniciar la planta piloto.

Instalaciones de Basquevolt en Miñano
La producción a gran escala se retrasa
Este salto a la fase industrial deberá esperar porque no se ha concretado esa incorporación de un gran fabricante de automoción, lo que hace inviable también contar con la producción a gran escala, la gigafactoría, en 2027. Puede considerarse esta la primera gran decepción después de que la firma de Francisco Carranza lograra a mediados de 2024 el hito previo de poner en circulación los primeros prototipos de su batería.

Inauguración del centro de I+D 'Basquevolt Innovation Center' con Iñigo Urkullu
Y es aquí, en los éxitos tecnológicos, donde tienen depositadas las esperanzas los gestores de una compañía sobre la que inevitablemente pesan fiascos anteriores en Euskadi asociados a la movilidad eléctrica.
Basquevolt mantiene su intención en ese sentido de entregar a potenciales clientes antes de que acabe el año las primeras celdas de 80 amperios/hora, las que pueden considerarse de tamaño real porque son las componen hoy en día las baterías de los vehículos.

Francisco Carranza, de Basquevolt
Pruebas con dos marcas
En estos momentos hay dos fabricantes de automoción en fase de pruebas con las celdas de la compañía vasca anteriores en tamaño, las de 20 amperios/hora, y se ve este próximo hito como una palanca clave para ganar la confianza del sector y cerrar al fin esa nueva incorporación al accionariado que, a la vez, asegure un primer cliente de primer nivel.
"Los inversores quieren pruebas de que tu tecnología funciona", señalan desde el entorno de la compañía alavesa, que siempre se ha postulado como alternativa europea para competir con las baterías chinas.
La llave del éxito está en la automoción pero se barajan alternativas como la aeronáutica incluso nuevos enfoques como el almacenamiento de energía para la alta demanda de renovables prevista para centros de datos o el desarrollo de la inteligencia artificial.