Movilización de trabajadores de Astilleros Balenciaga a finales del año pasado / Europa Press
El dinero árabe y el Perte naval endulzan el ocaso de los astilleros vascos
La salvación de Balenciaga da aire a un sector de gran tradición en Euskadi que busca nuevas oportunidades en la descarbonización de los barcos
Balenciaga salva su futuro tras la compra por dos inversores de Emiratos Árabes Unidos
El cierre de La Naval fue un punto de inflexión para el sector naval vasco, de larga tradición pero que prácticamente agoniza mientras busca salidas alternativas en la energía offshore y los nuevos proyectos para descarbonizar el transporte marítimo.
De tres astilleros operativos la costa vasca ha estado a punto de pasar a dos, aunque finalmente Balenciaga obtiene una bola extra gracias a la inyección económica de una dupla de inversores de Emiratos Árabes Unidos, Abu Dhabi Ports Group de la capital de Emiratos y Premier Marine Shipyards de Dubai.
El dinero árabe salva así de la quiebra al único astillero guipuzcoano, que eso sí deberá demostrar viabilidad bajo bandera de Emiratos para asegurar su continuidad. Hay que recordar que Balenciaga entró en concurso con una deuda de casi 30 millones de euros que quedó en algo más de 20 tras ser limada por el instituto de crédito estatal Cofides.
Con la entrada de los dos nuevos inversores la carga vuelve a ser aligerada, un acuerdo que contempla además el mantenimiento de 60 puestos de trabajo y evita despidos forzosos.
La plantilla de Astilleros Balenciaga, en una concentración en Donostia.
Eólica marina
El astillero de Zumaia deberá ahora recuperar su sitio en un mercado altamente competitivo por la presión de los constructores asiáticos, que obliga a mirar a nichos de oportunidad ligados a la transición energética.
Balenciaga entró antes del concurso en varios pedidos para la construcción de buques cero emisiones mediante el uso de hidrógeno limpio, un paso adelante de gran carga simbólica que le coloca en posición de privilegio para participar en la eólica marina. Esas embarcaciones de la compañía guipuzcoana llegaron de hecho a participar por ejemplo en el primer parque marino de Iberdrola en Francia, el de Saint Brieuc.
En esa carrera por los 'barcos verdes' está inmersa también Zamakona, con cuartel general en Santurtzi, al lado del Puerto de Bilbao, e instalaciones en Pasaia y Las Palmas, en Canarias.
A comienzos de año la cartera de los tres astilleros vascos era de ocho buques, de los que al menos tres eran de la firma que preside Pedro Garaygordobil.
Ahora que Balenciaga remonta el vuelo es probable que ese volumen global de embarcaciones en proyecto vuelva a engordar.
Astilleros de Murueta en Erandio.
Dos líneas del Perte
Tras un largo y complejo proceso de solicitud de fondos, finalmente la principal fuente de ingresos del Perte naval se traduce en una asignación de algo más de 12 millones de euros para Astilleros Murueta, el constructor vasco más dinámico en los últimos años en la entrega de barcos, de hecho justo antes del verano botaba el último, un buque tanque híbrido capaz de funcionar con diésel y electricidad.
El programa del Perte que lidera Murueta está enfocado "al desarrollo de sistemas innovadores en buques arrastreros, enfocados en la gestión y control integral de la planta de procesamiento, así como en la mejora del sistema de pesca".
Además, hay otra línea de ayudas del Perte en la que participan empresas vascas ligadas al ámbito marítimo junto a otras compañías de otras comunidades, Tecnaval 2025, liderado por Soerman junto a clústers sectoriales como el Foro Marítimo Vasco.