El pincho vasco para conquistar a tus invitados en Navidad y que nunca falta en las mesas de Euskadi
- Se trata de una creación nacida en Donostia y que solo lleva tres ingredientes.
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La Navidad es el momento del año en el que los detalles en las cenas y en las comidas cobran mucha importancia. Las familias se disponen a sacar su mejor talento para crear unas piezas culinarias únicas y sorprendentes. Muchas veces ese mimo se aprecia, sobre todo, en los entrantes.
En Euskadi es muy habitual realizar pintxos en época navideña. Desde el de txaka o surimi con mayonesa, de tortilla, el bilbainito y el Grillo hasta el de morcilla con huevo de codorniz o el Antxopi, entre otros. La tierra vasca es la cuna de las obras de arte en miniatura por excelencia. Una seña de identidad vasca, a partir de productos locales, que no podía faltar en un país marcado por la cultura del bar.
Originariamente, se le solía llamar pintxo a un alimento o ración de comida sujeta con un palillo y que se colocaba sobre una rebanada de pan, según explica la web de Bizkaia Talent. Estas joyas culinarias se diferencian de las tapas porque no son una pequeña ración, sino una creación original que deja una explosión de diferentes sabores en un solo bocado. Otra diferencia es que las tapas se sirven junto con la bebida en muchas zonas de España, mientras que el pintxo se sirve por separado.
El pincho vasco que conquista a los invitados
Sin duda, el más popular de todos y el que no les puede faltar a los vascos durante las Navidades es la Gilda. Una creación nacida en la calle Los Reyes Católicos número 10 de Donostia, en el bar Casa Valles, en la década de los 40. Un local que comenzó con la venta de vinos en el mismo lugar en el que se encuentra hoy, tal y como destacan en su web.
El hijo de Blas, dueño en aquel entonces, traía el vino de "cosecha propia" desde Olite (Navarra) en barricas. Los clientes acudían al local a rellenar sus botellas en un principio, aunque acudir al Vallés a por vino no tardó en convertirse en costumbre. Blas, entonces, comenzó a servir encurtidos y anchoas en aceite para acompañar. Fue un cliente y amigo, Joaquín, conocido como Txepetxa, a quien se le ocurrió pinchar los tres ingredientes fundamentales de la Gilda: la aceituna, la anchoa y la piparra. No lleva más.
El nombre lo recibió por los parecidos que encontraron entre el sabor y la película Gilda (1946), que es "verde, salada y un poco picante". Hoy se ha vuelto un imprescindible en las barras de los bares vascos e incluso hay empresas, como la Gilda del Norte, que las venden.
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Con el paso de los años se ha ido innovando la Gilda sustituyendo la anchoa o la piparra e incorporando queso, langostinos, pulpo, huevo de codorniz, boquerones o pimiento rojo, aunque los vascos se mantienen fieles a la de toda la vida. A aquella creación verde que ha marcado la infancia y la vida de muchos.