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Gastronomía

Un vecino de Euskadi crítico con la gastronomía: “No encontráis buenos cocineros o no tenéis conocimientos gastronómicos”

Esta comunidad ha sido históricamente reconocida por su riqueza culinaria, sus productos de alta calidad y su fuerte tradición ligada a la buena mesa

Parece París pero está en Euskadi, la ciudad más bonita de Euskadi: estilo de la Belle Époque, playas y gastronomía de renombre

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Euskadi, al igual que el resto de comunidades autónomas, está experimentando un notable aumento en la apertura de locales de comida rápida, también conocida como fast food. Esta tendencia, aunque común en muchas zonas urbanas del mundo, resulta un tanto contradictoria cuando se observa desde el prisma cultural y gastronómico del País Vasco.

Esta comunidad ha sido históricamente reconocida por su riqueza culinaria, sus productos de alta calidad y su fuerte tradición ligada a la buena mesa. El País Vasco es, de hecho, una de las regiones con mayor prestigio gastronómico a nivel internacional.

No solo ha sido cuna de grandes chefs como Juan Mari Arzak, Martín Berasategui o Eneko Atxa, sino que también cuenta con una notable concentración de restaurantes galardonados con estrellas Michelin.

La cocina vasca ha sido celebrada por su equilibrio entre tradición e innovación, y por su respeto por los productos de temporada y de proximidad. Esta excelencia gastronómica ha sido durante décadas un símbolo de identidad y orgullo regional.

Sin embargo, en los últimos años se ha observado un fenómeno creciente: la proliferación de negocios dedicados a la comida rápida en ciudades como Bilbao, San Sebastián o Vitoria-Gasteiz. Locales que antes ofrecían menús tradicionales o platos elaborados ahora se reinventan o son sustituidos por restaurantes centrados en hamburguesas, pizzas, poke bowls, burritos, comida asiática adaptada al gusto occidental o incluso versiones gourmet del fast food.

En parte, esto responde a una demanda creciente de un público joven, urbano y globalizado que busca opciones rápidas y económicas.

En redes sociales como Instagram, TikTok o YouTube, es cada vez más común ver a influencers gastronómicos y creadores de contenido promocionando estos nuevos locales. Su impacto es indudable: generan visibilidad, atraen clientela y fomentan nuevas tendencias.

Uno de los ejemplos recientes es el caso del influencer Guk Green, quien compartió un vídeo mostrando su experiencia en el restaurante Key-Larrabasterra, ubicado en Sopela, Bizkaia. Este restaurante ha añadido recientemente pizzas caseras a su oferta, que ya incluía entrantes, carnes, paellas y burgers. A pesar de que su carta es variada y se promociona el uso de ingredientes frescos y locales, el hecho de incorporar platos considerados como comida rápida ha generado cierto debate entre los usuarios.

Uno de los comentarios más destacados en dicho vídeo provino de un usuario de TikTok identificado como #Nostradamus, quien expresó su descontento: “No entiendo esta moda en Euskadi (cuna de la gastronomía). Solo veo pizzas, burgers, ensalada de burratas, pollo frito… Me pregunto: no encontráis buenos cocineros o no tenéis conocimientos gastronómicos. Hacéis lo mismo que decenas de nuevos restaurantes, cada vez es más difícil encontrar un sitio decente que no sea fast food”.

Hamburguesa ganadora.

Hamburguesa ganadora. Best Burger Spain

Este comentario refleja una preocupación compartida por un sector de la sociedad vasca que teme que se esté perdiendo la identidad culinaria en aras de una estandarización del gusto y la búsqueda de lo comercial.

A pesar de estas críticas, es innegable que la gastronomía evoluciona y se adapta a los nuevos contextos sociales y económicos. La clave podría estar en encontrar un equilibrio entre la innovación y el respeto por las raíces culinarias. No se trata necesariamente de rechazar la comida rápida, sino de reinterpretarla desde una óptica más saludable, sostenible y con identidad local.

Euskadi tiene potencial para liderar esta transformación, ofreciendo opciones que, aunque rápidas, mantengan el sello de calidad y autenticidad que siempre ha caracterizado a su cocina.

En definitiva, la proliferación de locales de fast food en Euskadi es un reflejo de los tiempos actuales: una sociedad, en cambio, donde tradición y modernidad conviven —a veces en tensión— en el mismo plato.