El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, realizó un discurso audaz sobre las claves de la transformación energética que está afrontando Europa. Además de destacar lo absurdo de una situación en la que las empresas se ven obligadas a parar su actividad por los costes energéticos, puso negro sobre blanco el riesgo de las carreras alocadas por cumplir un calendario fijado por criterios políticos y que no ven tanto la madurez y desarrollo de las tecnologías. ¿Tendría sentido construir solamente coches eléctricos en 2033 si generan una huella de carbono mayor que la contaminación que provocan combustibles de nueva generación como el biodiésel?