El día después del 28-M
“No entiendo. ¿Qué ha pasado en el País Vasco?”. La pregunta me la hacían desde Cataluña, sorprendidos por los resultados electorales aquí, e intentando buscar una explicación más o menos coherente, sobre el panorama que nos han dejado las urnas. Más allá de que eso es lo que hemos votado, no resulta sencillo responder, aunque sí hay algunas claves.
A modo de resumen podemos decir que los comicios los ha ganado el PNV, a pesar de la lógica “sensación agridulce” a la que se refería el presidente de la formación Andoni Ortuzar puesto que la formación han perdido miles de votos, cuando las expectativas eran infinitamente mejores. Sin ninguna duda, el partido ganador es EH Bildu, que obtiene resultados históricos, por encima incluso de los que les auguraban los sondeos. Del resto, el PSE consigue mantenerse, el PP también e incluso crece un poco, y el gran derrotado es sin duda Elkarrekin Podemos que comparte en Euskadi el fracaso obtenido a nivel nacional.
Los comicios los ha ganado el PNV, a pesar de la lógica “sensación agridulce” y, sin ninguna duda, el partido ganador es EH Bildu, que obtiene resultados históricos
Mención aparte merecen sin duda, Vitoria y Guipúzcoa donde las elecciones estaban más abiertas. En Guipúzcoa la victoria de Bildu es rotunda a costa del PNV, y en el Ayuntamiento de Gasteiz es dónde se ha producido la mayor sorpresa de los resultados con la victoria de EH Bildu, seguida del PSE, y del PP y dejando al PNV como cuarta fuerza política, algo que no entraba en las cábalas de prácticamente nadie.
¿Qué ha pasado? Algunos argumentos se pueden aportar. Por ejemplo y desgraciadamente, la abstención en Euskadi ha sido llamativamente alta, y a nadie se le escapa que eso penaliza a quienes tienen mejores expectativas. Por otro lado, es evidente que la campaña en general, no ha sido nada motivadora porque ha estado más pendiente del rifirrafe que de las auténticas propuestas. Y además, parece obvio que hay un hastío generalizado y desmotivador que castiga a los que ya están en el poder, mientras busca propuestas sino ilusionantes, cuando menos diferentes.
La abstención en Euskadi ha sido llamativamente alta, y a nadie se le escapa que eso penaliza a quienes tienen mejores expectativas
Y hasta aquí el análisis de datos, porque ahora y con los mimbres que han dejado los votos, hay que hacer el cesto. Ya en la misma noche electoral tocaba especular sobre posibles pactos que hagan gobernables las instituciones. Aquí no sirve solo ganar, hay que gobernar y experiencias más que notables tenemos de que no siempre gobierna quien gana, sino quien consigue concitar más apoyos.
Se abre así la veda de los pactos, y las quinielas son de todos los colores. Y pactar es sinónimo de ceder, y pactar debe ser sinónimo de reflejar aquello que los votantes han dicho en las urnas por muy complicado que sea, y desde luego, lo es. Es imposible llegar a pactos si con carácter previo no se hace autocritica, deben hacerla todas las formaciones y sin contemplaciones. Y esa autocritica tiene que empezar por intentar enmendar el hecho de que de cada 100 electores, 40 decidan no ir a votar. Es muy grave que un 40% del electorado decida no ejercer su derecho al voto cuando lo que está en juego es su futuro en el corto y medio plazo.
Se abre así la veda de los pactos, y las quinielas son de todos los colores. Y pactar es sinónimo de ceder, y pactar debe ser sinónimo de reflejar aquello que los votantes han dicho en las urnas por muy complicado que sea, y desde luego, lo es
La desafección política y el hartazgo campan a sus anchas y el dato de la abstención se olvida en cuanto los políticos ocupan sus sillas. Lo que nos dejan las municipales y forales es la antesala de otras dos citas electorales en los próximos meses autonómicas y generales.
Por cierto, que mientras trabajaba en este artículo, Pedro Sánchez ha anunciado el adelanto de las generales para el 23 de julio. La rueda electoral no para. Y esto no cambia las cosas pero las acelera. Los que hemos votado nos hemos pronunciado, los que no lo han hecho también. Y hay muchos avisos a navegantes. Tomen nota que el 23 de julio está a la vuelta de la esquina.