De las sombrillas del PP a Bildu como crema solar: tiempo de vacaciones
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Sólo una pérdida de cordura, esperemos que transitoria, puede explicar que los partidos se hayan lanzado a campañas tan burdas como las vistas este jueves que no pasará a los anales de la buena política. Con protagonistas vascos, por cierto, en ambos casos.
Por un lado, nos desayunábamos con un vídeo de EH Bildu, muy bien montado, todo hay que decirlo, donde la coalición abertzale tilda de "zánganos, mosquitos y moscas cojoneras" a Vox, PP y PNV. La coalición abertzale que lidera Arnaldo Otegi se presenta ante los electores -ya estamos en campaña, no se olvide- como una crema solar que protege de los rayos ultravioleta y, de paso, repele a estos bichos voladores. "Protección antifascista".
Por el otro lado, el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, presentaba el "verano azul" del PP en una supuesta playa repleta de sombrillas con el color de la formación que preside Alberto Núñez Feijóo. "Azul tranquilidad. Azul confianza. Azul seguridad". "España se merece un verano azul". "Es el momento de que un verano que nos han pintado tan negro sea en realidad un verano azul". Ahí es nada.
De las sombrillas del PP a Bildu como crema solar. Huelgan comentarios más allá de señalar que está claro que unos y otros han perdido cualquier sentido del ridículo con tal de persuadir a los votantes, si bien es cierto que al menos en el caso de los populares no insultan a nadie.
Los politólogos con corbata y los tertulianos partidistas dirán, claro está, que estamos ante hitos de la comunicación porque consiguen "dar que hablar", "establecer el marco", "marcar la agenda" y otras zarandajas
Los politólogos con corbata y los tertulianos partidistas dirán, claro está, que estamos ante hitos de la comunicación porque consiguen "dar que hablar", "establecer el marco", "marcar la agenda" y otras zarandajas habituales. Algunos mortales, en cambio, creemos que se trata de mensajes simplistas y vacuos, además de insultantes en el caso de Bildu, amén de que esperamos más propuestas y menos sandeces.
Claro que los simples mortales pintamos poco y los antedichos lo pintan todo. Otro síntoma de una misma enfermedad, pero eso es harina de otro costal. Lo peor de la cosa, en todo caso, es que resulta lógico barruntarse que se vienen más momentos estelares como estos antes de las generales del 23 de julio.
Tiempos delirantes. Ello necesitan los votos y nosotros las vacaciones.