Despertad leonas, llega Milei

Vivimos tiempos convulsos e hiperbólicos en los que las reacciones a cualquier acción, por pequeña que sea, se mete en el ojo del huracán y pasa a ser el hit del momento. Pensaba esto al escuchar a Amaral recordar el momento en el que descubrió su pecho sobre un escenario. Los comentarios, los insultos, los apoyos, los improperios y las defensas corrieron como la pólvora y dice la cantante que se sintió como cuando era joven y hacia toples en la piscina de su pueblo. Decía que al día siguiente sabía que no había ganado ningún derecho con su acción pero que tampoco estaba dispuesta a perderlo por eso.

Perder derechos. Eso es precisamente lo que van a sufrir miles de mujeres argentinas que han de enfrentarse a un nuevo desafío: unirse tras años de divisiones internas en el feminismo para combatir las medidas que el nuevo presidente, el ultraderechista Javier Milei, tomará al alcanzar la Casa Rosada. Adiós a la ley de interrupción voluntaria del embarazo aprobada en 2020, adiós a la educación sexual en las escuelas, adiós al reconocimiento de los derechos LGTBI, adiós al lenguaje inclusivo, adiós al Ministerio de la Mujer. Tantos adioses que las mujeres habrán de unirse y salir juntas a la calle, porque al ganar Milei han perdido todas. Piensa “el loco”, como le apodan desde pequeño, emplear la motosierra para cortar de cuajo todo lo que no le gusta. Viene avalado por su referente, Donald Trump, a quien no me extrañaría ver de nuevo en la Casa Blanca.

Sabemos muy bien que para defender nuestros derechos hay que estar en las calles y también que lo que ganamos tenemos que defenderlo siempre. Una simple acción, un cambio de gobierno, la llegada de un reaccionario al poder y todo se viene abajo. Años de lucha derrotados en una sola jornada. Catástrofe democrática.

Han de salir a la calle porque hay peligro para los derechos conseguidos y también para las leyes laborales, la salud o la educación

En 2015, el movimiento feminista argentino arrancó con fuerza la campaña “Ni una menos” con la que exigían medidas contra los feminicidios. En 2017, el Congreso aprobó la ley de igualdad de género que establecía en las listas de legisladores tanto a hombres como a mujeres. En 2018 se aprobó una ley contra el acoso callejero, en 2019 se promulgó la ley Micaela que obligó a la capacitación en perspectiva de género al funcionariado. Se aumentaron los recursos para combatir la violencia contra las mujeres y se abrió un #metoo que dio voz a los abusos silenciados durante años.

¿Puede permitir la sociedad argentina que todo esto se vaya al traste? Rotundamente no. Han de salir a la calle porque hay peligro para los derechos conseguidos y también para las leyes laborales, la salud o la educación. Y no solo para los derechos de las mujeres; entre los ministerios que Milei pretende cerrar se encuentran precisamente el de salud y el de educación. Liberalismo a ultranza. Nada de medidas sociales. Que cada palo aguante su vela.

Pero siendo el personaje como es ¿quién ha votado a Milei? Era un perfecto desconocido en la política hasta hace dos años, clonó a sus perros, pretende autorizar la venta de órganos humanos y considera al Estado como la fuente de todos los males del país. Fundamentalmente le han votado las clases más desfavorecidas y los jóvenes. Ese ha sido su nicho. Los pobres porque ya no tienen nada que perder y los jóvenes porque se sienten perdidos o amenazados ante el avance del feminismo y nuevas reglas sociales. Ante sí tienen a un presidente que asegura no tener que pedir perdón por tener pene ni sentir vergüenza por ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes. Cada uno de sus vídeos en Tik Tok, su red de referencia, logra millones de visionados que esta vez se han transformado en votos. Ahí están los jóvenes y su equipo ha sabido captarlos.

En Euskadi, la violencia de género ha aumentado un 6,2% y la violencia sexual casi un 20% por la equiparación de abuso y agresión reflejada en la ley del sí es sí

Afortunadamente Milei no podrá avanzar tan rápido como prometió. No cuenta con mayorías suficientes para llevar adelante sus promesas y tendrá que negociar. Enfrente tendrá a una poderosa central obrera, por ejemplo, y a un movimiento feminista fortalecido por la pérdida de derechos que se le viene encima.

Vienen tiempos oscuros para el país albiceleste. Ya que tenemos muy cerca el 25 N, día contra la violencia de género, conviene no olvidar que también por aquí las cosas están poco luminosas. En Euskadi, la violencia de género ha aumentado un 6,2% y la violencia sexual casi un 20% por la equiparación de abuso y agresión reflejada en la ley del sí es sí. Las agresiones sexuales más graves continúan en ascenso: frente a las 62 del años 2022, en lo que va de 2023 se han producido 89, es decir, un 43,5% más. La Ertzaintza protege a 5.616 mujeres. Esto también tenemos que denunciarlo desde aquí, en las calles ante quienes, como Milei, aseguran que todo esto es una patraña feminista. Son los mismos que los de Libertad Avanza, el partido del nuevo presidente argentino, que a voz en grito apoyó a Abascal en la campaña electoral de VOX.

Lo dicho, en cualquier parte del mundo los derechos se pierden en una abrir y cerrar de ojos. ¡Con lo que cuesta ganarlos! Dice el argentino que no quiere guiar corderos sino despertar leones así que ¡despertad leonas!, llega Milei.