El agur de Urkullu y cinco enseñanzas para las elecciones autonómicas
Tras el shock inicial, la inesperada marcha del lehendakari y la elección de su sustituto deja algunas claves sobre la gran batalla electoral de 2024
26 noviembre, 2023 05:00Noticias relacionadas
El 'agur' de Iñigo Urkullu es una sorpresa mayúscula y genera un terremoto político en Euskadi. El lehendakari no repite como candidato. Después de años deshojando la margarita sobre "Urkullu sí o Urkullu no" para un cuarto mandato, parecía más claro que nunca que el talismán electoral del PNV no podía irse tras los malos resultados del 28-M y el 23-J.
Ni su legendaria falta de carisma le restaba. La experiencia, la capacidad de gestión, la moderación y la buenísima valoración entre los ciudadanos de Urkullu eran, a priori, bazas que casi obligaban al PNV a contar con él como candidato en las autonómicas de 2024. Sobre todo, para intentar frenar el empuje de EH Bildu.
Esta sorpresa, que obviamente parece un intento de buscar un revulsivo, resulta muy complicada de interpretar tanto dentro como fuera de la formación. Porque no se esperaba, porque no será fácil sustituirle y porque no se apagan, ni mucho menos, esas opciones de ese posible 'sorpasso' de Bildu. La elección de Imanol Pradales como sustituto abre no pocas dudas.
La seguridad y las certezas del lehendakari, siempre acusado de tipo gris y aburrido, se esfuman en el mundo del 'selfie' y los 'likes'
El panorama de la política en Euskadi se pone más interesante que nunca. Esta misma semana pedíamos en Crónica Vasca que los hipotéticos candidatos se aclarasen. Ya sólo queda que Arnaldo Otegi desvele sus planes (lo hará este lunes), porque Urkullu ya los ha aclarado. O le han obligado a aclararlos...
Se va el hombre sereno que ha gobernado Euskadi los últimos doce años. Un hombre moderado en las formas, religioso en la intimidad y extremadamente meticuloso, con una buena gestión en lo económico y que siempre ha destacado por apagar los radicalismos dentro y fuera de su partido. Veremos qué pasa en esas elecciones autonómicas tan relevantes. Eso sí, lo sucedido deja al menos cinco enseñanzas ante esta cita con las urnas (o ante el futuro en general). Las abordamos de forma breve, casi a modo de píldora, porque tiempo habrá de desarrollarlas.
El partido hegemónico empieza a despedirse de los "Jobubis" que lo han liderado durante los últimos quince años
1. El PNV cambia de generación. Los jeltzales tienen una potente cantera para sustituir al lehendakari saliente y han tirado de ella al elegir al desconocido Pradales. Pero está claro que Andoni Ortuzar será el siguiente en marcharse, tal vez después de los comicios que previsiblemente se celebrarán en primavera. El partido hegemónico empieza a despedirse de los "Jobubis" que lo han liderado durante los últimos quince años. Estos dirigentes, en su mayoría, superan los 60 años.
2. No es tiempo de moderación. Sea una decisión del propio Urkullu, sea una decisión de Ortuzar y los suyos o sea una decisión colegiada -opción más probable pese a lo que se dice-, el caso es que el 'agur' del todavía lehendakari apunta a que no estamos en una época propicia para las voces templadas que buscan el acuerdo y huyen del enfrentamiento. La seguridad y las certezas del lehendakari, siempre acusado de tipo gris y aburrido, se esfuman en el mundo del 'selfie' y los 'likes'. Pésimos augures.
El lehendakari, que sigue en un revelador silencio, merecía otra despedida. ¿Nervios? ¿Miedos? ¿Tensiones internas? Esta última opción, un clásico en la historia del partido, es la más probable
3. ¿El PNV cambia de piel? Lo ocurrido en las últimas 48 horas apunta a que el PNV cambia de candidato y de costumbres. Ni la forma en que se conoció la salida de Urkullu -una filtración- ni la forma en que se anunció la desigación de Pradales -con una reunión exprés y no anunciada- son habituales ni lógicas en un partido tan protocolario. Existe cierto sabor a bochorno peneuvista. El lehendakari, que sigue en un revelador silencio, merecía otra despedida. ¿Nervios? ¿Miedos? ¿Tensiones internas? Esta última opción, un clásico en la historia del partido, es la más probable. Sea por lo que sea, Ortuzar y los suyos no parecen los mismos.
4. Los planes de Pradales. Gane o no las elecciones, es muy probable que el delfín de Ortuzar designado por la dirección del PNV sea lehendakari. En estos momentos es una enorme incógnita saber cuáles son sus planes. Ni sus opiniones se conocen sobre temas tan claves como el autogobierno, el derecho a decidir o las relaciones con el Gobierno central o con sus socios del PSE. ¿Continuará con el temple de Urkullu o será un Ibarretxe en potencia? Pocos lo saben, porque, de hecho, este sábado los periodistas de Euskadi se devanaban los sesos -el PNV aceleraba el envío de información- para intentar perfilar quién es Pradales.
5. ¿Hacia una disputa entre dos jóvenes? Para concluir, una predicción que casi sabe a deseo y que simboliza también los nuevos tiempos: quizás nos vayamos a unas elecciones autonómicas con dos candidatos jóvenes de PNV y Bildu peleando por la Lehendakaritza. Para ello sólo falta que la coalición abertzale prescinda por fin de su particular dinosaurio. Cojan las palomitas.