Juan María Aburto y Unai Rementeria celebrando su triunfo en las elecciones municipales y forales de 2019. / EP

Juan María Aburto y Unai Rementeria celebrando su triunfo en las elecciones municipales y forales de 2019. / EP

Opinión

Rementeria: del hub financiero a las finanzas de los funcionarios

29 diciembre, 2023 05:00

Cuando Unai Rementeria estudiaba derecho económico en Deusto, Bilbao era todavía una relevante plaza financiera, con su bolsa, que registraba más operaciones que la de Barcelona, y su banco, el BBVApor entonces el más grande de España. Cuando se convirtió en el máximo responsable de la Diputación de Bizkaia todo había cambiado. El banco insignia de Bilbao se había mudado por completo a Madrid y la bolsa se había virtualizado para terminar engullida en una firma suiza, aunque por razones más nostálgicas que otra cosa sigue manteniendo un edificio junto a la Plaza Circular.

Quizás por ello Rementeria se marcó para su mandato una serie de objetivos financieros, casi todos incumplidos. Quiso recuperar el esplendor bancario bilbaíno convirtiendo a la ciudad en un centro, un "hub" con terminología marketiniana, en el que inversores y empresas se encontraran y cerraran acuerdos. Contrató a la Deusto Business School para que le asesorara y a la economista italo-americana Mariana Mazzucato para que le diera un toque social. Y habló con BBVA y Kutxabank para que participaran.

Pero no fue mucho más allá de un par de cambios fiscales y un par de eventos de finanzas sostenibles que no se han vuelto a repetir. Rementeria se estrelló con la falta de apoyo de otras institucionesla desgana de un BBVA en plena transición hacia Madrid y que ya andaba planteando la venta de su torre y hay quien dice incluso que cierto escepticismo por parte del diputado general. Sea como fuere, el proyecto de hub financiero no fue mucho más allá. Pereció, como su teórico líder.

Curiosamente ahora el Gobierno vasco está tratando de impulsar algo parecido. Se llama "clúster financiero" y pretende reunir a todo aquel que tiene más de un millón de euros dispuestos a financiar proyectos como los que antaño promovían BBVA e Iberdrola a través de IBV o las cajas cuando estaban en modo inversor. Los casos paradigmáticos son Gamesa y Euskaltel, que han terminado en manos ajenas porque aquí no hay nadie que pueda hacer frente a semejantes inversiones.

Gobierno vasco, Kutxabank y diversas familias pudientes llevan un par de años sentándose para dar forma a este clúster, que poco tiene que ver con los que diseñó Michael Porter en tiempos del consejero de industria Jon Azua.

Arantxa Tapia lidera la iniciativa y Antón Arriola, el presidente de Kutxabank, la secunda. El problema es que la primera tiene recursos limitados y la permanente espada de damocles de ser acusada de favoritismo si solo es el Ejecutivo el que invierte y al segundo, que si de algo sabe es precisamente de banca de inversión, le quedan muy pocos euros después de pagar los dividendos a las cajas que controlan su capital.

Así que el protagonismo debería venir de eso que se llaman "family office" y que en Euskadi son básicamente seis grupos familiares: Ybarra, Galíndez, Delclaux, Gandásegui, Jainaga y Poza, el fundador de Másmóvil que invierte en startups a través de Artizarra.

Aunque Tapia habla de más de 50, la mayor parte de ellos apenas tienen euros para invertir y solo adornarán el belén. El proyecto anda retrasado y alguno que otro ha mostrado ya la cresta para dejar claro que no quiere ser un simple pastorcillo. O más bien que, si pone algún euro, será porque cree en la empresa financiada y no porque la operación esté avalada por el Gobierno vasco.

Rementeria no supo o no pudo dar con la tecla para montar su hub financiero y lo único que consiguió es que algunos fondos se instalaran en Bilbao de la mano de ciertas ventajas fiscales.

Curiosamente, son más los que lo han hecho en Donostia, que a priori nunca aspiró a nada grande en este tema. Sea como fuere, Rementeria va a acabar su trayectoria profesional en una entidad financiera, Elkarkidetza, que presidirá en breve.

Es sabido que estos puestos se reparten desde la agencia de colocación de Sabin Etxea, pero no deja de ser curioso que quien fracasó a la hora de crear un hub financiero sea ahora quien vaya a gestionar los dineros que los funcionarios de las diputaciones y ayuntamientos de Euskadi guardan para sus futuras pensiones.

¿Sabrá hacerlo bien? No le costará mucho mejorar las marcas anteriores: en los últimos 20 años ha conseguido una rentabilidad anual del 4,59%. Esto es menos de lo que habrían obtenido los funcionarios si hubieran comprado directamente un fondo indexado, de esos que operan máquinas. El más conocido, el MSCI World, ha ganado el doble en el mismo periodo.