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Opinión

Fuga de talentos

8 enero, 2024 05:00

426.000 jóvenes decidieron en 2022 hacer las maletas para buscar opciones profesionales fuera de nuestras fronteras, ante la falta de oportunidades que hay aquí. 426.000 talentos que sólo en pocos casos volverán una vez probada fortuna fuera. 426.000 cabezas pensantes que suponen según un estudio de la Fundación BBVA, la friolera de 150.000 millones de euros.

Toda esa capacidad se nos va, mientras aquí queda sin resolverse el problema de cientos de miles de perfiles profesionales que no pueden cubrirse por falta de profesionales, una brecha que se hace cada vez mayor y que no promete nada bueno. 

Merece la pena detenerse en el perfil de los que se van, y en concreto de los que se fueron en el 2022, que es en los que se ha centrado el citado estudio. De acuerdo con el informe, el 60% de las personas que se fueron en el 22, son nacidos en España, cuentan con estudios superiores, y son mayores de 25 años. Esto significa que estamos perdiendo un precioso capital humano que además ha recibido su formación aquí prioritariamente en centros públicos, formación que evidentemente tiene un coste y que se rentabilizará en otro sitio. 

Entre los motivos de las salidas está por supuesto el salario, pero se dan también otra serie de factores relacionados con las características del puesto de trabajo, la posibilidad de conciliar o el compromiso de la empresa, asuntos que junto a otros, también se tienen muy en cuenta. 

Es prioritario considerar que la gente que se va valora y mucho el salario emocional, ese que no se traduce en dinero contante y sonante a final de mes, pero que marca la diferencia para muchos a la hora de tomar decisiones de dónde empezar o dónde continuar un proyecto no solo profesional, sino evidentemente también personal.

Esa segunda parte, los proyectos personales que acaban encontrando en muchos casos los que se van son los que no favorecen la vuelta. Cuando construye su vida personal en un entorno concreto es más difícil moverse y las apuestas suelen ser por permanecer en el sitio de referencia.

426.000 personas en un año, es una cifra que puede tildarse de escandalosa, de hecho, no hay muchos precedentes al respecto, y es una cifra que debiera obligar a una reflexión muy seria sobre el futuro que queremos tener como sociedad.

Si la gente mejor formada, si los mejores se acaban marchando tenemos por delante un panorama complicado con tendencia a convertirnos más antes que después, en un auténtico solar en lo que a talento se refiere. 

Es necesario hacer un análisis en profundidad de los motivos por los que la gente decide marcharse y analizar que están ofreciendo los demás para resultar más atractivos.

La clave pasa por ahí: por ser atractivos y visto lo visto, estamos perdiendo toda capacidad de seducción y si no somos atractivos para los propios, todavía debemos serlo menos para los ajenos, con lo cual difícil será acudir a otros caladeros para intentar que aquí recale gente sobre todo con determinado nivel. 

Es más que obvio si vamos al caso concreto de Euskadi, donde este problema también se deja sentir con fuerza, que no podemos seguir viviendo de las rentas, porque al parecer las hemos consumido hace ya mucho tiempo, y estamos en números rojos. Y aquí tampoco vale con conformarse con que los demás están igual o peor. Sería mucho más inteligente aplicarse en buscar cómo llenamos el hueco para que la gente no se vaya. Y lógicamente para llenarlo hay que saber por qué se vacía, cuáles son los motivos de la fuga de nuestros talentos a otras latitudes. Y si me apuran habría que hacer un análisis tan pormenorizado como realista, preguntando a uno por uno de los que se van, qué les ha impulsado hacerlo.

Solo con conocimiento de los motivos será posible saber en qué debemos trabajar para fidelizar el talento. Ya hasta el término retener se ha quedado viejo. Ahora se trata de fidelizar, de seducir de recuperar o más bien de renovar el atractivo que un día tuvimos.

426.000 talentos ya tomaron la decisión en el 2022, un buen número también lo habrán hecho en el 2023. Si seguimos a este ritmo acabaremos esquilmados en breve.