Premios Feroz 2024 / JUANJO MARTÍN - EFE

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Opinión

Denunciar años después también vale

1 febrero, 2024 05:00

No fue en la noche de los Premios Feroz pero parece que sí será en la de los Premios Goya cuando el mundo del cine se solidarice con las tres mujeres que han declarado haber sido víctimas de violencia sexual por parte del director de películas como Quién te cantará o Magical Girl, Carlos Vermút

Fue la gala de los Feroz una de esas en las que casi todo el mundo prefería mirar para otro lado. Si lo habitual es que actores y actrices busquen el photocall y los micrófonos de todo tipo de programas, el sábado pasado lo que hacían era huir con la intención de zafarse de la pregunta más esperada y menos querida: ¿qué opinas de las presuntas agresiones sexuales de Vermút hacia tres mujeres? Silencio, evasivas, este no es el momento, hoy estamos para celebrar…

Se agradecen las palabras de la presidenta de la asociación organizadora de los galardones, María Guerra, que animó a que las víctimas siempre denuncien, hizo referencia al #seacabó y subrayó que los abusos están en todas partes. En los agradecimientos de los premios, que tradicionalmente se han utilizado para lanzar mensajes contra la guerra y contra cuestiones sociales, nadie aprovechó para denunciar los abusos sobre las mujeres que se dan en el mundo del cine. Algo que parece un secreto a voces a tenor de las reacciones que sí se han hecho públicas en las redes sociales pero no en vivo y en directo. 

Quienes no esquivaron la pregunta fueron el laureado José Coronado y el también actor Manolo Solo. Fue bueno que respondiesen, no solo por no escurrir el bulto sino también por dejar claro que nos queda mucho camino por recorrer. Sus respuestas fueron toda una constatación de lo necesaria que sigue siendo la pedagogía en estos asuntos y nos reafirman en la denuncia permanente de la desigualdad y los abusos de poder que se dan sobre las mujeres por el mero hecho de serlo.

“Yo lo que pienso es que hay que denunciar pero inmediatamente, lo que no vale es denunciar al año o a los dos años. Hoy en día hay mecanismos, gracias a Dios, para defender a la mujer, que antes no los había. Yo apoyo a todo el que se sienta agredido o agredida”. Mientras, su acompañante Manolo Solo, dejaba entrever una intencionada coincidencia entre la publicación de la denuncia en un medio de comunicación y la celebración de la gala. Muy retorcido pensar que alguien quisiera reventar una de las grandes noches del cine español. 

Sus respuestas fueron toda una constatación de lo necesaria que sigue siendo la pedagogía en estos asuntos y nos reafirman en la denuncia permanente de la desigualdad y los abusos de poder

Las palabras de Coronado provocaron una tremenda reacción y una polarización, palabra del año 2023 por cierto, de opiniones en torno al asunto que nos dejan una clara evidencia: hay muchos hombres, y también bastantes mujeres, muy perdidas en lo que a abusos y violencia sexual se refiere. Coronado rectificó sus palabras diciendo que no hay tiempos marcados para denunciar. Si la vorágine de comentarios ha servido para la reflexión, bienvenida sea. 

Carlos Vermút se escudó en el consentimiento para defender lo que él llama “sexo duro” y que es el que practica. Si no han dicho expresamente que no, es que sí. Aunque tengas delante una mujer tan en shock que no sea capaz de decir ni mú. 

Coinciden las tres mujeres en señalar que tras su silencio había miedo, como en casi todos los casos que se conocen. Miedo a no tener la posibilidad de adentrarse en el mundo del cine, a perder el trabajo o a no tenerlo nunca. Un abuso de poder en toda regla cuando quien está ejerciendo esa violencia sexual no solo es físicamente mucho más fuerte que tú sino que tiene, por su condición de director de cine multi premiado, la potestad de que entres o salgas de ese sector. El miedo como herramienta paralizante y como instrumento del que se valen los agresores para conseguir sus fines. 

El miedo como herramienta paralizante y como instrumento del que se valen los agresores para conseguir sus fines

Aseguraba una de las mujeres que su relación con Vermút se prolongó durante dos años. Y eso es para muchos la madre del cordero. Si estuviste dos años relacionándote con él y callaste ¿por qué denunciarlo ahora? Coinciden todos los estudios sobre el maltrato y la duración de las relaciones en que una mujer agredida tarda una media de ocho años en verbalizar su situación. También en que solo se denuncia alrededor de un 9% de las agresiones. Quien es maltratada tiene la autoestima por los suelos, está dominada y aterrorizada. Es un miedo vital y visceral el que les mantiene alejadas de la denuncia. Por eso la teoría del “denuncien inmediatamente y no dos años después” es una absoluta majadería que denota lo alejados que aún estamos de la solución al problema.

Cada persona necesita su tiempo, su espacio y hacer su trabajo personal para salir del infierno. Por eso se tarda en denunciar, no porque los testimonios sean falsos. Sucede esto en todo tipo de maltrato y con la violencia sexual. Hay personas que tardan más de veinte años y superar la vergüenza, que esa es otra, que les supone contar que han sido agredidas. No hay más que ver lo que sucede con quienes han sufrido abusos por parte de miembros de la iglesia. Veinte años pueden pasar sin exteriorizar el terror que provocaron en él o el ella esas violaciones. 

No fue en la gala de los Feroz pero sí será en la de los Goya cuando se visibilice la denuncia de la Academia de Cine ante la violencia sexual. En Valladolid, el próximo 10 de febrero, el mundo del cine español mostrará su solidaridad con las víctimas y su rechazo a los abusos de poder y las actitudes machistas. No tienen cabida en el mundo del cine ni tampoco en la sociedad española en general. Hay que prevenirlas y combatirlas. ¿Cómo? Con pedagogía, no nos queda otra. Quienes siguen pensando que son las propias mujeres las que no toman medidas a tiempo deberían ponerse en sus zapatos, empatizar con una situación violenta que provoca terror y pensar en porqué hemos llegado hasta aquí sufriendo una desigualdad que está en la base del problema.