Reunión entre  Iñigo Urkullu, Eneko Andueza y Andoni Ortuzar / ADRIÁN RUIZ HERRERO - EFE

Reunión entre Iñigo Urkullu, Eneko Andueza y Andoni Ortuzar / ADRIÁN RUIZ HERRERO - EFE

Opinión

Aroma electoral

21 febrero, 2024 05:00

Huele a precampaña y el calendario nos dice que la convocatoria es inminente. No hay más que echarle un vistazo para descontar cincuenta y cuatro días al previsible veintiuno de abril para saber que la fecha debe ser revelada antes del próximo lunes, veintiséis de febrero. Es el domingo que se baraja como más probable, debido a que ni campaña electoral en Semana Santa, ni el día de San Prudencio, festivo en Álava,  resultan nada atractivos para al celebración de los comicios.

Esta misma semana otra pista. La reunión de Urkullu con el secretario general del PSE, Eneko Andueza y el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, para evaluar la situación política al finalizar la legislatura. Embriagador aroma a elecciones sin rueda de prensa posterior. El otro trámite formal debería haberse celebrado ayer, el último Consejo de Gobierno suspendido por un asunto familiar que ha obligado a deshacer agenda al lehendakari a causa del delicado estado de salud de su madre.

Iñigo Urkullu, lo tiene decidido. Sabe la fecha en la que se celebrarán las próximas elecciones en la CAV. Con media sonrisa, se lo confirmaba a los periodistas que, en cambio, no lograron que la verbalizara a la entrada del macropleno en el Parlamento Vasco donde se aprobaron las últimas leyes de la legislatura. La de Infancia y Adolescencia, la de Cooperación y la reforma de la ley Trans, las tres con un amplio consenso, más allá de la mayoría absoluta que conforma el actual Gobierno de coalición del PNV y PSE.

Iñigo Urkullu, lo tiene decidido. Sabe la fecha en la que se celebrarán las próximas elecciones en la CAV

Con estas tres leyes se pone el broche a una legislatura productiva donde se han aprobado casi una sesentena de normas. El 75% con el apoyo de otra fuerza parlamentaria y que edifican la espina dorsal del país del futuro como son la ley de Educación, la de Salud, la reforma de la RGI o la de Transición Energética.

Febrero también resulta clave a la hora de ir cerrando la etapa Urkullu puesto que según han confirmado desde todas las partes, es el mes en el que se materializarán las transferencias de Cercanías, homologación de títulos universitarios y la segunda fase de acogida de personas solicitantes de asilo y migrantes, en virtud al pacto alcanzado para la investidura de Pedro Sánchez con los jeltzales y que se tenía que realizar en los tres meses posteriores. Con ello, Urkullu puede añadir a su hoja de servicios como lehendakari un logro que había quedado paralizado en el anterior mandato de Sánchez, donde éste tenía margen para la geometría variable a causa del yo o el caos, al que ha aludido tantas veces el presidente del Gobierno de España . Y es que en el fondo, la voluntad política es el motor que engrasa la oportunidad y el virtuosismo de la negociación política.

Leyes, transferencias ya solo falta el capítulo inversiones para acabar de poner la guinda. Iñigo Urkullu se comprometió en septiembre a desarrollar un plan extraordinario para Osakidetza. La traca final ha llegado con el anuncio de una inversión millonaria, 277 millones, para la ampliación de los hospitales de referencia de Basurto, Galdakao y Donostia. Una apuesta que responde tanto a la autocrítica interna como a la plataforma de lanzamiento de los temas que coparán la campaña electoral. Vivienda y Osakidetza serán, sin duda, ejes de debate y ojalá que de contraste de ideas y modelos para el futuro. Estas son las preocupaciones que manifiestan vascas y vascos en la encuestas proyectadas sobre las inquietudes de la ciudadanía con el mercado laboral y situación económica a la cabeza.

La traca final ha llegado con el anuncio de una inversión millonaria, 277 millones, para la ampliación de los hospitales de referencia de Basurto, Galdakao y Donostia

Y si en Euskadi el perfume pre lo inunda todo, la esencia post de Galicia viene a potenciar la comparativa de escenarios. ¿Hasta dónde esa comparación resulta transportable? Yo diría que está muy limitada. EH Bildu se ha visualizado como el alter ego del BNG de cara a las vascas, pero es que en frente no tiene al PP gallego. La cosa no va de mayorías absolutas o mayorías alternativas, en Euskadi va de proyectos y alianzas. De hecho, unos excelentes resultados de los de Otegi en votos y escaños difícilmente se trasladarían en gobernabilidad, ya que el escenario más plausible sigue siendo la coalición entre jeltzales y socialistas. 

Perfectamente comparable, sin embargo, es el escenario de la llamada izquierda confederal. Han tropezado en la misma piedra de la división de listas y el resultado ha sido siempre el mismo malo, pésimo, desastroso. Sumar y Podemos se han quedado fuera del Parlamento gallego. Ni media posibilidad por la división, pero también por el desgaste que conllevan los enfrentamientos que han hecho que sus votantes busquen refugio en el espacio liderado por Ana Potón. Euskadi, próxima estación, podría ser el enésimo tropezón y la antesala de la desaparición de ese espacio político para alegría de Bildu, los socialistas vascos y la abstención.