Hablemos de fútbol femenino
Pasó ya el tiempo en el que se decía que el fútbol ni es fútbol ni es femenino. Pero ¿realmente pasó? Puede que me haya precipitado un poco con la afirmación, especialmente después de una final de la Copa de la Reina en la que las jugadoras campeonas tuvieron que colocarse ellas mismas las medallas porque no había ninguna representación institucional para hacerlo. Cierto es que sucedió lo mismo en la final de la Copa del Rey y que en ambos caso se hizo así por cuestiones de protocolo pero la diferencia está en la reacción de quienes opinaron del asunto, especialmente en redes sociales.
Cuando se publicó la exclamación de ¿es broma? lanzada por la jugadora del Barcelona Salma Paralluelo al ver que nadie les ponía su merecida medalla y su cara de extrañeza, los comentarios llegaron en cascada y con el peor tono posible. No hay agravio comparativo entre el protocolo de entrega de preseas masculinas y femeninas, pero los reaccionarios saltaron a la yugular. Que si cualquiera se acerca a una mujer futbolista sin correr el riesgo de que te denuncie, que si es lo que se merecen por la que montaron cuando se proclamaron campeonas del mundo, que si Rubiales seguro que entiende a la perfección que nadie quiera besar a estas deportistas, etc, etc, etc. Esto reflejando los comentarios más suaves porque la mayoría no son aptos para ser reproducidos.
Así que hemos llegado al Día Internacional del Fútbol Femenino, que se celebra hoy 23 de mayo, con ligeros avances en las condiciones laborales de las futbolistas pero alejadas a kilómetros de distancia de las masculinas. Lo hacemos además en un entorno social que sigue pensando que si no generas los mismos ingresos no te pueden dar en los medios el mismo espacio que a los futbolistas ni te pueden hacer coberturas similares. Las deportistas afirmamos que esto es la pescadilla que se muerde la cola, cuanto menos me enseñas menos se me ve. Si no se me ve, nadie sabe que existo y nadie habla de mí. Y vuelta a empezar.
Es la pescadilla que se muerde la cola, cuanto menos me enseñas menos se me ve. Si no se me ve, nadie sabe que existo y nadie habla de mí. Y vuelta a empezar
Este Día del Fútbol Femenino se celebra desde el año 2015. La iniciativa partió de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol. Su intención era proseguir con los avances en el fútbol femenino, que se creasen programas de desarrollo y que quienes sienten pasión por el fútbol, hombres y mujeres, puedan acceder a este deporte en igualdad. No solo se pretende igualar condiciones en el fútbol sino que quiere ser un espaldarazo al deporte femenino en general que cree conciencia de la influencia de la práctica deportiva en las niñas y las mujeres. Ni el fútbol ni el deporte son ya cosa de chicos.
Puede parecer que los derechos de las jugadoras, una vez conquistada incluso la Copa del Mundo, vienen de lejos. Sin embargo, hasta hace un par de años la liga de fútbol femenina no era ni siquiera considerada profesional. Las jugadoras se veían obligadas a compaginar los entrenamientos con trabajos, generalmente a tiempo parcial, y la mayoría practicaba el fútbol cobrando en "b" y sin cotizar a la Seguridad Social. Por no hablar de los viajes lejanos en autobuses, los horarios infernales de las competiciones y la imposibilidad, por ejemplo, de alejarse del equipo por un tiempo si decidían ser madres. Desde el 2019, las jugadoras han ido consiguiendo derechos y ha habido un gran avance en sus condiciones laborales pero aún esta temporada que ahora finaliza, la arrancaron con una amenaza de huelga en la que pedían el aumento del salario mínimo y un convenio laboral digno. Eso sí, siendo ya Campeonas del Mundo.
Afortunadamente, el respaldo social general ha ido creciendo poco a poco. De hecho, según el último barómetro del CIS, el 85% de los y las españolas creen que deberían mejorar las condiciones laborales y los recursos con los que cuentan las futbolistas, pero solo el 55% decían conocer su situación laboral. Aboga además la ciudadanía, en un 78%, porque las federaciones deportivas incorporen a más mujeres en sus juntas directivas y en estamentos como el de técnicos y entrenadores.
Las jugadoras se veían obligadas a compaginar los entrenamientos con trabajos, generalmente a tiempo parcial, y la mayoría practicaba el fútbol cobrando en "b"
Las mujeres llegamos al mundo del deporte con la intención de quedarnos y eso es lo que vamos a hacer. Sea en el fútbol o en cualquier otra disciplina, de manera amateur o profesional, pero sabiendo que nuestra presencia en el deporte es fundamental para que las niñas de hoy tengan referentes en los que mirarse y puedan soñar con ser parte de algo tan educativo, de valores y con tanta importancia en la salud como la práctica de la actividad física. No son pocas las adolescentes que abandonan el deporte al llegar a esa etapa de la vida. Cuantas más mujeres vean disfrutando del deporte, más querrán practicarlo. Solo hace falta que quienes tienen el poder de mostrarlo, lo hagan.
Este fin de semana, el sábado 25 de mayo, la Catedral del fútbol, San Mamés, acogerá el partido más relevante del fútbol femenino en Europa, la final de la UEFA Women´s Champions League 2024. El F.C Barcelona y el Olympique de Lyon se enfrentarán por ver quién se alza con la victoria. El impacto que este partido va a tener entre las mujeres y las niñas va a ser grandioso. Saldrán nuevas jugadoras por el mero hecho de verlo.
En este Día Internacional del Fútbol Femenino hay que recordar al "British Ladies Football Club", primer equipo formado íntegramente por mujeres, fundado en 1894 por Nettie Honeyball, una activista por los derechos de la mujer. Años después, durante las dos Guerras Mundiales, se impulsó la participación de las mujeres en el fútbol debido a la ausencia de hombres en los campos por estar desplazados en el frente de guerra. Nuestra participación en el terreno de juego no es nueva. Nos la hemos ganado.