Empieza una nueva era política en Euskadi. El lehendakari, Imanol Pradales, apuesta por un Gobierno grande, con quince consejerías, nada menos. Es también un Ejecutivo con bastantes profesionales o tecnócratas que no arrastran una carrera política previa y en algunos casos sin carné del partido. Es también más joven que el anterior Gabinete de Iñigo Urkullu. Pero lo más relevante no es cómo sea, sino los retos que tiene por delante.
Los retos son mayúsculos para los consejeros elegidos por Pradales. Dentro de todos ellos, el principal reto es sin duda Osakidetza. Por ahí ha empezado el lehendakari, que va a liderar una ronda de contactos en busca de un acuerdo entre diferentes. La sanidad vasca necesita ese gran pacto. O, al menos, eso es lo que demandan los ciudadanos de Euskadi.
Unos ciudadanos que según todas las encuestas, la última es el Deustobarómetro que les hemos contado esta semana, cada vez piensan menos en asuntos soberanistas. Sólo un 13% de los vascos desea fervientemente la independencia. Y hasta un 44% no quiere que se celebre un referéndum de autodeterminación. Datos que confirman todos los estudios previos como el Sociómetro: la sociedad está a otra cosa y no pensando en patrias, aunque paradójicamente tengamos el Parlamento más nacionalista de la historia.
Sin embargo, lo cierto es que este nuevo Gobierno vasco, con sus quince consejerías y sus características ya dichas, tiene como gran asunto político de la legislatura poner en marcha la reforma del Estatuto o, mejor dicho, la creación de uno nuevo... En todo caso, a este Ejecutivo, con sus luces y sus sombras, que también las tiene, hay que darle un tiempo para trabajar antes de analizar sus hechos.
Hay que fiscalizar, en suma, si el Gobierno de Pradales empieza o no a cumplir todas las medidas de ese buen punto de partida que es el acuerdo de PNV y PSE. Periodísticamente será apasionante contarlo en Crónica Vasca, como siempre con toda la honestidad posible. Así, con profesionalidad y honestidad, tiene que conducirse un Gabinete que tiene tanto por hacer en una época tan compleja como la actual.