El dilema del TAV en Euskadi
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El TAV es un gran dilema pendiente en Euskadi. Lo es porque todavía hoy no se sabe si el Tren de Alta Velocidad va a conectar con Navarra por Ezkio (Gipuzkoa) o por Vitoria (Álava).
Esta misma semana el presidente de CAF y del Círculo de Empresarios Vascos, Andrés Arizkorreta, alguien con mucha relevancia en la economía vasca, decía que si el TAV no conectaba por Gipuzkoa se perdería "una oportunidad histórica".
Hemos oído cosas similares por parte de empresarios alaveses que prefieren, claro está, la conexión alavesa. Y ya hemos contado en Crónica Vasca que entre los partidos políticos ocurre lo mismo: todos quieren la alta velocidad para Euskadi pero cada uno quiere que llegue por un sitio.
Esto entronca con esa vieja teoría según la que Euskadi no sería un "paisito" sino "tres paisitos" con tres territorios históricos o provincias diferentes en los que cada uno mira por sus intereses.
La alta velocidad ferroviaria es tan relevante para la economía de Euskadi que lo importante es que llegue cuanto antes. José Antonio Santano, secretario de Estado del Ministerio de Transportes, decía hace poco que el informe definitivo del Gobierno central para decidir por dónde se hace la conexión con Navarra llegará a finales de este año.
Llegue cuando llegue y conecte por donde conecte, lo importante, insisto, es que sea una realidad cuanto antes.
Aparte del dilema sobre por dónde tiene que pasar, el TAV es algo así como una infraestructura eterna porque lleva haciéndose demasiados años y no termina de llegar.
Es curioso que una comunidad con el peso industrial, político y económico de Euskadi todavía no tenga ese AVE vasco tantas veces prometido. Hay que recordar, seamos justos con la historia, que en gran medida el TAV se retrasó por la acción de la banda terrorista ETA que atacaba y amenazaba a las constructoras y empresarios que trabajaban en esas obras, pero eso ya terminó hace años.
Ojalá que el TAV, sea por donde sea, con la decisión en manos de los técnicos, llegue cuanto antes.