Europa en riesgo
Los tambores de guerra están sonando, la pipa de la multilateralidad apaga su llama, ¿estamos preparados?
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Recuerdo con desagrado las aspirinas efervescentes, esa sensación gaseosa abarcando nariz y boca. Ese, ¡bebe hasta el final! con la dificultad de absorber al tiempo que las burbujas cosquilleaban la nariz. Desde la llegada del ibuprofeno y el paracetamol a los botiquines caseros, creo que solo queda algo fascinante de ese medicamento, observar cómo la sólida pastilla desaparece poco a poco al ritmo de la efervescencia hasta convertirse en invisible antes del primer trago.
Me temo que Europa, ese remedio eficaz para la competencia, la fortaleza y el refugio de los valores democráticos corre el riesgo de empezar a diluirse como una aspirina en la lucha mundial que se ha acelerado con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca por segunda vez. Como europeísta convencida creo en la fortaleza de la unión, en sus posibilidades y el la nula capacidad de nuestro país de crecer fuera de la sinergia del continente, pero hay razones para la preocupación.
La nueva Comisión Europea presidida una vez más por Úrsula von der Leyen debe afrontar este reto, revertir el declive económico de Europa en un entorno global impredecible que intenta sacar a la UE de la partida mundial. El conocido como informe Draghi es la hoja de ruta sobre la mesa para recuperar la fortaleza económica. En las dos últimas décadas la UE ha crecido menos que Estados Unidos y China, perdiendo peso a nivel mundial.
Detrás de esta pérdida está el bajo crecimiento de la productividad europea, que ha repercutido en una caída de su competitividad. El plan de acción pasa por la innovación, la descarbonización y la seguridad económica, muy en la línea de lo también propuesto por los empresarios de Zedarriak en Euskadi. Esta hermosura de palabras bien escritas y bien dichas por grandes voces no son más que el envoltorio de decisiones muy duras que tendremos que adoptar si no queremos acabar siendo la aspirina dentro del vaso de agua.
Electrolineras, puntos de recarga, coches eléctricos, almacenamiento y desarrollo de Inteligencia Artificial, ¿de dónde se nutrirán energéticamente?
¡Pasémoslo a limpio! para recuperar competitividad, volver a liderar la innovación hay dos sectores clave, el de datos y el de la movilidad sostenible y para ambos se necesita una ingente cantidad de producción eléctrica a día de hoy insostenible con las renovables. Electrolineras, puntos de recarga, coches eléctricos, almacenamiento y desarrollo de Inteligencia Artificial, ¿de dónde se nutrirán energéticamente?
Se reabre un debate aparentemente superado como es el de la energía nuclear, fuertemente contestado socialmente y con grandes dudas sobre la ecuación beneficios frente a seguridad y sostenibilidad de los residuos radioactivos.
El Congreso de los Diputados vota hoy una Proposición No de Ley sobre la prolongación de la vida útil de las centrales en España y posponer su cierre en aras a la sostenibilidad del suministro eléctrico, la competitividad empresarial y el coste de la electricidad para los ciudadanos con cero emisiones. No me genera ninguna simpatía el debate, se me ponen los pelos como escarpias al pensar en que el futuro inmediato es nuclear, ¿cómo hemos vuelto al punto de partida aunque sea a base de microcentrales y menor generación de residuos según defienden los entusiastas de esta solución? Pero nada avanzamos si no acordamos cómo afrontar esta encrucijada donde hay que responder rápido frente a EEUU y China, con menos reparos que nosotros, que nos devoran sin miramientos cual presa vulnerable.
La mayor inversión en I+D+I en defensa nos asegura el aumento de la competitividad y desarrollo europeo
Lo que nos lleva a otro asunto escabroso y polémico, el de la seguridad y la industria de defensa. El informe del anterior presidente del Banco Central Europeo lo señala con dos vertientes en paralelo, una dar respuesta a los desafíos geoeconómicos a los que se enfrenta la Unión ante la acelerada desvinculación de los Estados Unidos, la guerra de Ucrania y los ataque híbridos contra infraestructuras industriales críticas, para lo que propone la supranacionalización de la gobernanza industrial en defensa. Es decir, que los Estados no vayan cada uno por su lado como hasta ahora, sino que en la alianza se encuentra la respuesta. Dos, la mayor inversión en I+D+I en defensa nos asegura el aumento de la competitividad y desarrollo europeo.
Decir defensa es decir industria militar. El modelo nacido tras la Segunda Guerra Mundial se ha esfumado, Estados Unidos no está dispuesto a hacerse cargo de la seguridad europea y nos pone la pelota sobre nuestro tejado. Esto ya ha significado que la UE haya acordado el aumento de gasto en defensa.
El vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, se ha manifestado a favor de aprovechar en Euskadi esta oportunidad ya que dice forma parte de la economía vasca y no hay que tenerle miedo, todo lo contrario, no podemos mirar a otro lado. Sé que no podemos apartar la vista ante la realidad. Desde luego me gustaría que esto no estuviera pasando, que las balas fueran flores y el alma hippy de paz y amor inundara el mundo mientras suena Imagine, pero no. Los tambores de guerra están sonando, la pipa de la multilateralidad apaga su llama, ¿estamos preparados?