Friedrich Merz / RTVE

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Opinión

Tres lecciones para Euskadi de lo votado en Alemania

La mayoría hablaran del ascenso de la extrema derecha neonazi que, ante la crisis de los partidos tradicionales (CDU y SPD) se hace con la segunda posición en el Bundestag

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Probablemente hayamos vivido las elecciones más trascendentales en un país europeo en este año 2025 y lo son porque era importante ver cuál sería la reacción del electorado al gobierno de Trump y al más que evidente despliegue internacional de la ultraderecha global.

Durante estos días o semanas, ustedes leerán muchos análisis. La mayoría hablaran del ascenso de la extrema derecha neonazi que, ante la crisis de los partidos tradicionales (CDU y SPD) se hace con la segunda posición en el Bundestag.

Evidentemente, esta es la noticia más destacable para los medios de comunicación y las repercusiones para Europa son notables, sin embargo, lejos del alarmismo que nos traen los medios con el ascenso de la ultraderecha, debemos abordar otras consecuencias de las elecciones de ayer que también hay que destacar.

Die Linke vuelve al Bundestag

Según los estudios 9 de cada 10 campañas electorales confirman las tendencias que se daban al principio de dichas campañas. Por eso, por excepcional, es importante destacar la campaña de Die Linke.

Era el único partido que se oponía a aumentar el número de deportaciones de migrantes

La izquierda alemana ha vuelto al Bundestag y si bien es cierto que su influencia estará limitada al provecho mediático que puedan hacer de su discurso, es precisamente la diferenciación en el discurso lo que le parece haber reportado unos buenos resultados.

Era el único partido que se oponía a aumentar el número de deportaciones de migrantes, ha capitalizado las manifestaciones en contra de la ultraderecha de la campaña y ha sido la fuerza más votada en Berlín consiguiendo el efecto conocido en Alemania como  “saltar el muro”.

Su estrategia se ha centrado en las redes sociales con más jóvenes (Tik Tok sobre todo) con un mensaje diferenciado del resto y centrado en la vivienda y en la caída del poder adquisitivo de los más jóvenes. Es la única fuerza política que ha mostrado algo de entereza frente al ascenso de la AfD.

Los jóvenes no son reaccionarios

En los últimos tiempos estamos asistiendo a relatos (también en Euskadi) sobre una teórica posición reaccionaria de los votantes jóvenes. En Alemania, también existía este relato. Relato, porque los datos no confirmaban la mayoría de posiciones reaccionarias entre los más jóvenes.

Es sencillo y lo repito siempre (a ver si a base de insistir se nos queda en la cabeza). Todo análisis electoral empieza analizando la participación. En Alemania pasaba antes de esta elección lo mismo que pasa en muchos países de Europa: que la primera opción para los jóvenes es la abstención.

En cuanto un partido ha hablado en el lenguaje de los jóvenes, en los canales de los jóvenes y para los jóvenes, esa posición reaccionaria de los jóvenes no está tan clara. Vamos al dato: Los votantes de 18 a 35 años que votaron por la AfD son entorno al 20% (la media de voto de los neonazis alemanes) En la franja de edad de 35 a 44 años es del 25% y es la edad donde los ultraderechistas cosechan los mejores datos.

Mientras tanto nuestros gobernantes (también los de Euskadi) harían bien en no estigmatizar a un sector poblacional al que tienen totalmente olvidado

En Die Linke, las franjas de edad donde más votos reciben son precisamente las de 18 a 24 años (25%) y 25 a 34 (15%). Donde triunfa AfD, Die Linke falla y en la franja de edad de 35 a 44 años solo obtiene un 8%.

Estoy totalmente convencido de que le relato de la juventud como fuerza reaccionaria se puede refutar en las próximas citas electorales europeas. Mientras tanto nuestros gobernantes (también los de Euskadi) harían bien en no estigmatizar a un sector poblacional al que tienen totalmente olvidado.

La gran coalición como nueva gran enemiga

Dentro del relato que escucharemos en los próximos días se nos dirá que la gran coalición será un error y aupará a la AfD a ganar las próximas elecciones. (Spoiler, eso puede que pase con o sin gran coalición).

También nos encontraremos con comparaciones con otras grandes coaliciones del pasado a las que se les acusará de ser las causantes de la situación que ahora vive Alemania.

Nada más lejos de la realidad. En la historia de Alemania ha habido 4 grandes coaliciones: 1919-1933 que sirvió para frenar el ascenso del partido Nazi y del partido Comunista (Hitler llego al poder porque esa gran coalición fracaso); 1966-1969 como consecuencia del fracaso de un gobierno entre la CDU y los liberales y para dotar de estabilidad al gobierno; y ya con Merkel dos grandes coaliciones: 2005-2009 por el establecimiento de un cordón sanitario contra el PDS (heredero de la RDA) y que acabo desapareciendo y teniéndose que reconvertir en Die Linke; y la última entre 2013 y 2021 ya que ninguna de la coaliciones de gobierno conseguían mayorías en la cámara.

Los cordones sanitarios son para evitar que la ultraderecha llegue al poder

El mantra de no olvidar la historia para no repetirla no es más que un mantra. La historia no es un mero elemento cultural. Es una disciplina académica que hay que estudiar. Las grandes coaliciones en Alemania han surtido efectos positivos en lo general y en lo particular solo podemos achacar un fracaso relativo a la coalición de los años 30 del Siglo XX (había muchos más factores que catapultaron a Hitler al poder, uno de ellos que se levantó el cordón sanitario).

Hay que recordar que le cordón sanitario que se establece contra la AfD no es con el fin de que no ganen las elecciones. (las elecciones son procesos democráticos y no se puede despojar al pueblo de su soberanía).

Los cordones sanitarios son para evitar que la ultraderecha llegue al poder. Eso es lo que no se evitó en el siglo pasado cuando Heinderburg nombró canciller a Hitler levantando el cordón sanitario que pesaba sobre los nazis.