La alianza entre Iberdrola y Norges Bank supone un acuerdo de especial relevancia por Euskadi. No solo porque el fondo soberano noruego refuerce sus lazos con la energética bilbaína; también por el propio cariz de ese estrechamiento. El fondo noruego pasa de ser socio financiero a tomar participación en proyetos 'industriales'... y eso abre la puerta a que la cartera de propiedad compartida entre Iberdrola y Norges Bank se expanda y llegue a Euskadi. Algo que, de momento, no llega con los 1.265 MW de potencia renovable -20% eólica, 80% fotovoltaica- compartidos en España, de los que no hay ni rastro vasco. Tendría su miga ver a Statkraft y a Norges Bank compitiendo por parques eólicos vascos, pero el movimiento de los de Sánchez Galán, indudablemente, suma a Euskadi.