Zedarriak baja el tono en busca de un nuevo papel lejos de la arena política
El lobby empresarial que tanta polvareda levantó con su primer análisis mide al milímetro su próximo informe para evitar nuevas tiranteces con el Gobierno de Urkullu
2 octubre, 2022 05:00Había expectación por conocer qué iba a decir Zedarriak el 28 de septiembre. Era la fecha anunciada en su página web para publicar un segundo informe que, de momento, sigue sin ver la luz. El borrador del informe se guarda como oro en paño en busca de evitar ninguna filtración mientras se hace un proceso de escucha con la juventud vasca, objeto de su segundo estudio. Al final de la nota se incluye un párrafo aplaudiendo el anuncio del Gobierno de Iñigo Urkullu de un clúster financiero vasco que el Ejecutivo pretende culminar antes de que acabe la legislatura.
¿Ha decidido Zedarriak serrar sus colmillos? La respuesta llegará cuando se conozcan las conclusiones de ese segundo informe, anunciado ahora para la parte final del año y del que se anticipa un menú bastante amplio con cuatro ejes: aspectos ligados al desarrollo de la juventud, paro y cuestiones sociales, cultura y, seguramente el punto que más prosigue la línea del primer informe, retos y transformaciones de la economía vasca. Aquí se abordará desde la fiscalidad y el Concierto Económico hasta las dificultades para emprender.
Cuestiones estas dos últimas, la fiscalidad y la capacidad de Euskadi para retener empresas clave, que estuvieron en el centro del huracán generado por el primer informe y que han vuelto a la palestra informativa en el arranque de curso, con lo que Azpiazu calificó este pasado miércoles como un "festival fiscal" en el resto de España y un anuncio de despidos en Siemens Gamesa que afectará a casi 500 trabajadores en toda España. Zedarriak atribuye aquel estreno con polémica a un error de comunicación y ahora quiere blindarse. Pero, más allá de lecturas particulares, el informe decía lo que decía y ese discurso crítico, el contenido y no las formas, fue lo que encendió el enfado de la cúpula del PNV y del propio lehendakari, que llegó a afirmar que los medios que habían entrado al detalle del documento habían hecho un uso espurio del informe.
En juego el principal activo electoral del PNV: la gestión económica
No son tiempos fáciles para el Ejecutivo. La gestión económica está en el centro del debate político en un momento complicado para una Euskadi que se enfrenta a un 2023 donde la industria puede terminar entrando en recesión a medio año de que las urnas autonómicas se vuelvan a abrir. La coyuntura económica global es mala para Occidente, pero deja en cuestión el principal activo electoral del PNV: la buena gestión económica. Ese es el filón que ha encontrado una oposición que ha cargado las tintas contra Lakua para acusarla de no tener una política industrial.
La pujanza de EH Bildu, que ha encontrado una veta electoral en el voto desencantado con Elkarrekin Podemos para explotar con perfiles más sociales y menos identitarios, ha acercado a las dos formaciones nacionalistas de Euskadi, que quieren jugar un papel importante en la política nacional sin renunciar al electorado más independentista. Son mimbres difíciles para unos y otros, pero a favor de la izquierda abertzale juega el hecho de no tener responsabilidades de gobierno en una crisis con frentes innumerables: deuda, costes de la energía, IPC, consumo interno, recesión a la vista en los principales destinos de las exportaciones vascas, los fondos europeos y su ejecución, las conexiones, un debate fiscal incómodo para una Euskadi que todavía no ha terminado de evaluar su última reforma tributaria... En contra, el Ejecutivo ha colocado en el debate público el delicado asunto de los parques eólicos con la infraestructura de Statkraft.
Antes habrá unos comicios municipales y forales en los que Sabin Etxea tiene que hacer equilibrio entre candidatos desgastados como Olano o Rementería sin que se haya encontrado un relevo generacional y un necesario lavado de cara. Los nuevos perfiles son prácticamente coetáneos: Elixabete Etxanobe apenas tiene cinco años menos que el actual diputado vizcaíno, Artolazabal es mayor que Gorka Urtaran y algo más joven que Ramiro González y la vía Sagardui para sustituir a Aburto como alcalde de Bilbao se ha descartado. La repetición del regidor bilbaíno y la petición del partido a Eneko Goia para que repita otra legislatura como alcalde de San Sebastián son quizá el mejor reflejo de que a los jeltzales les está costando dar con un relevo entre sus filas. Tanto es así que incluso se empieza a dibujar en el horizonte la continuidad de Urkullu como lehendakari.
Ese complicado cóctel de coyuntura económica y situación interna del partido es una de las claves detrás de las alarmas que saltaron cuando salió el informe de Zedarriak. El hecho de que fuese el propio empresariado quien abiertamente señalase las carencias de Euskadi en un tono constructivo provocó una llamada a filas desde Sabin Etxea que terminó con la salida de Juanjo Álvarez y Elena Zarraga. Antes se produjo la salida de Eduardo Zubiaurre de Confebask, que pasó de temporal a convertirse en definitiva.
Aplausos
La incógnita sobre qué papel va a jugar Zedarriak a partir de ahora está por despejar, aunque en la ladera empiezan a divisarse los primeros brotes. En la nota enviada a los medios esta semana hay una reflexión en favor de la coordinación y la cooperación con las instituciones que apunta a que el lobby de empresarios quiere acercarse a posiciones más armónicas con el poder, con el que ya trató de templar gaitas antes de verano con un encuentro con el lehendakari.
"Zedarriak valora muy positivamente y tratará de sumar con iniciativas impulsadas desde diferentes ámbitos de la sociedad civil o desde las instituciones, alineadas con su diagnóstico, como por ejemplo el reciente anuncio por parte del Gobierno vasco del impulso de un Clúster Financiero en Euskadi". Palabras de elogio que buscarían cerrar definitivamente la herida que se abrió hace unos meses entre el gabinete de Urkullu y este grupo de empresarios y confirmar ese perfil más amable del foro, que podría convertirse ahora en una institución más similar a foros de análisis como Orkestra o la Deusto Business School, más dedicado a un estudio algo menos incisivo y corporativista.
Eso sí, está claro que su camino no termina aquí. Zedarriak garantiza más actividad el año que viene con un Plan de Actuación 2023 que recopilará las conclusiones de estos dos informes e incluirá proyectos tanto propios como en colaboración con otras instituciones.