A menos de un mes para las elecciones forales y municipales de Euskadi muy pocos, por no decir nadie, se sorprenden al escuchar que la coalición Elkarrekin Podemos-IU se encuentra ante uno de sus exámenes más importantes desde su fundación. La que llegara a ser una de las fuerzas más votadas en los comicios de 2015 se encuentra ahora en EH-Bildu, con un rival muy difícil de enfrentar, pese a que la formación "progresista" ha logrado unificar a casi todas las fuerzas de izquierdas más allá del PSE en una sola candidatura.
Esta gran alianza "progresista" y "ecologista", compuesta por Podemos Euskadi, Anitza-IU, Alianza Verde y Berdeak Equo, se sostiene en la necesidad de todas estas formaciones de conglomerar el voto de este espacio electoral para mantener su representación en las instituciones vascas. Algo que parece cada vez más complicado conforme la coalición abertzale, liderada por Arnaldo Otegi, abandona progresivamente ciertas actitudes soberanistas y las sustituye por otras de carácter más propias de las formaciones recién mencionadas, en pro de atraer a este electorado en las próximas elecciones.
De hecho, este "distanciamiento" de la identidad nacionalista, que siempre ha caracterizado a Bildu, puede verse en las muchas concesiones que han hecho a nivel nacional respecto a algunas políticas impulsadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez como puede ser el reciente apoyo a la Ley de Vivienda, que desde el PNV han criticado duramente alegando que la nueva norma "rompe con las competencias" vascas en esta materia.
Antesala para las autonómicas
La estrategia de Bildu no es nueva, ni mucho menos, sino que lleva fraguándose desde que en 2020 la coalición soberanista decidiera prescindir de su secretario general, Arnaldo Otegi, para las elecciones a lehendakari de aquel año, para presentar a la que es su actual portavoz en el Parlamento vasco y candidata a la Diputación de Guipuzkoa, Maddalen Iriarte.
Desde entonces, y con el objetivo claro de acercarse cada vez más a un casi inalcanzable PNV, la formación abetzale ha tenido a Podemos como una diana contra la que dirigir buena parte de su estrategia electoral tanto en el Parlamento vasco como en las calles de Euskadi, ya sea sumándose a algunas iniciativas de los morados en la Cámara vasca, o encontrando un punto con el que abrir cierto debate político.
Así, más allá de la Ley de Vivienda, encontramos casos también recientes como el de la nueva Ley Vasca de Educación, el cual ha supuesto uno de los grandes enfrentamientos entre las dos formaciones, a pesar de que en abril del pasado año ambos grupos políticos firmaron un pacto educativo que supuestamente dejaba prever su apoyo a esta norma. Sin embargo, a pesar de que Bildu hace una defensa cada vez mayor respecto a la educación pública sobre la concertada, en este caso dio preferencia a una de sus grandes armas políticas, la imposición del euskera y la preferencia de este idioma en los centros de Euskadi.
De este modo, en otras muchas ocasiones la formación soberanista trata de apropiarse de las batallas que durante años han liderado desde Elkarrekin Podemos, como por ejemplo la denuncia contra las puertas giratorias, la corrupción en Euskadi, y la inactividad de la Comisión de Ética Pública. En este caso, por ejemplo, aunque ambas formaciones parecen ir de la mano, Bildu, mediante enmiendas, iniciativas parlamentarias y numerosos comunicados y ruedas de prensa, ha conseguido poco a poco arrebatarle el liderato ante este tema.
La sombra de Sumar
A la amenaza electoral de Bildu se suma desde hace unos meses un peligro todavía mayor para la coalición morada que, si bien se ha planteado como un proyecto para las elecciones generales, puede convertirse en una gran oportunidad para Podemos de mantenerse como una propuesta relevante en el panorama político vasco y nacional, aunque sea habiéndose diluido en una nueva formación.
Este es el caso claro de Sumar, el proyecto impulsado por la vicepresidenta segunda y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, y que para muchos es la única esperanza de la coalición"progresista" para no quedar sepultada por la formación de Otegi e Iriarte en las autonómicas de 2024.
De hecho, no es un secreto que muchos dirigentes de Podemos en Euskadi, como la coordinadora de Podemos Euskadi y parlamentaria en el Congreso de los Diputados, Pilar Garrido, y la portavoz de la formación morada en el Parlamento vasco, Miren Gorrotxategi, guardan cierta complicidad con esta propuesta electoral y con la propia Yolanda Díaz. De hecho, aunque no asistieron a su candidatura oficial a la presidencia del gobierno del pasado abril, si lo hicieron en la presentación oficial de Sumar, junto a otras grandes figuras de la izquierda vasca.