Este jueves comienza un nuevo curso del Parlamento vasco con el tradicional pleno de Política General en donde el lehendakari, Iñigo Urkullu, ofrecerá un discurso para presentar los objetivos de su Gobierno para este último año de legislatura y donde hará un balance de lo realizado hasta ahora. Una intervención, donde el mandatario autonómico vasco pondrá como puntos claves el desarrollo del autogobierno en Euskadi, su rol y participación en la Unión Europea, y la promoción del euskera, a raíz de las recientes sentencias por porte de la justicia.
Con este discurso, Urkullu afronta su último año de la que es su tercera legislatura consecutiva, en un momento donde el PNV está pasando un amplio bache electoral y con todavía dudas de si el actual lehendakari se presentará a la reelección en las autonómicas del próximo año 2024.
Así, las claves que presenta en esta intervención de inicio de curso, sobre la que la presidencia vasca ha compartido este lunes un resumen con los puntos fundamentales, son el desarrollo de Euskadi como una "nación europea" y su participación en la UE; el impulso al autogobierno vasco; y la defensa del euskera. Retos para los que el lehendakari y su Ejecutivo están preparando un nuevo Plan de Acción para la Promoción del euskera, y también el plan Euskadi 2040, que junto a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas, marcarán este último año de mandato.
Según se describe en el resumen del discurso que dará el lehendakari, este Euskadi 2040 "es una reflexión sobre qué modelo" que el Gobierno quiere para Euskadi para el futuro. Para ello, Urkullu planteará el desarrollo de 16 Planes Estratégicos en los cuatro campos prioritarios de su actividad: las personas, la prosperidad, el autogobierno y el planeta.
Balance "ambivalente" sobre el autogobierno
Como es habitual en el discurso que el lehendakari ofrece en este primer pleno del curso parlamentario en Euskadi, el autogobierno es uno de los puntos que más espacio ocupa. En este caso, para Urkullu este se trata de "la clave de bóveda de nuestro presente y nuestro futuro", y define como "ambivalente" el balance de los años respecto a esta cuestión.
Así, en el texto compartido por lehendakaritza, Urkullu valora el pacto alcanzado hace cuatro años con el PSOE en torno al Estatuto vasco y comparte su "convicción" de que este acuerdo "sustentará los consensos futuros" aunque en el último año de legislatura el avance respecto al nuevo Estatus se haya paralizado.
Por otra parte, el lehendakari critica que la erosión del autogobierno viene motivada por varias razones. Entre ellas: la expansión de la hegemonía normativa estatal, "incluso en aquellas materias cuya competencia normativa es exclusiva de Euskadi"; la evolución de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, que según Urkullu es cada vez "más restrictiva con el ejercicio competencial autonómico", y cuya función de arbitraje "es motivo de cuestionamiento creciente".
El mandatario jeltzale se refiere también a la participación de Euskadi en el ámbito de decisión de la Unión Europea, lo que constituye "una expresión indubitada del autogobierno" que el Gobierno central "debe favorecer y no obstaculizar". Además, Urkullu, respecto a la garantía de la lengua vasca, denuncia que algunos Tribunales están planteando "un cuestionamiento intensivo de actuaciones administrativas en torno al euskera"; y hace énfasis en "la incompleta asunción de las transferencias pendientes".
36 proyectos de ley
Por otra parte, en referencia a las leyes que el lehendakari y su Ejecutivo pretenden sacar adelante durante este curso político, Urkullu prevé aprobar hasta 36 proyectos de Ley, de los cuales: 34 ya han sido aprobados en el Consejo de Gobierno, como la ley vasca de Educación y la de Cambio Climático y Transición Energética, que se encuentran ahora en tramitación parlamentaria; y otros 2 textos que todavía están pendientes de su aprobación.
Una cifra bastante ambiciosa, teniendo en cuenta que en lo que se ha cumplido de legislatura, la cámara autonómica ha aprobado 35 leyes, de las cuales, según ha calculado Urkullu, un 67% se han sacado adelante con el apoyo de algún grupo de la oposición, y un 17% con, al menos, la abstención de alguno de estos.