El lehendakari admite la crisis de Osakidetza y promete una fuerte rebaja en las listas de espera

Las largas listas de espera para recibir atención médica, causadas por la ya en numerosas ocasiones denunciada tanto por sindicatos, como por pacientes y sanitarios, falta de personal, fue uno de los puntos más comentados en el Pleno de Política General del Parlamento vasco de este jueves. 

Por toda la sociedad vasca es conocido que pese al continúo compromiso que el Gobierno vasco, el Departamento de Salud y su máxima responsable Gotzone Sagardui dicen tener con este servicio, las listas lejos de disminuir -tal y como se han marcado como reto la presente legislatura todos los agentes políticos ya nombrados- no han dejado de aumentar. Hasta tal punto, que estas han llegado a ser uno de los principales motivos por los que la sociedad vasca 'suspende' a Osakidetza. 

Bajo este contexto, con las próximas elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina y con conocimiento de que Osakidetza es desde hace meses el 'talón de Aquiles' del Ejecutivo vasco; el lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha propuesto reducir en medio año las 48 horas de espera que hay actualmente de media en Atención Primaria, que se recuperen los 65 días de demora media en intervenciones quirúrgicas, que bajen de los 30 días la espera para pacientes oncológicos, y que se reduzcan los 90 días para las cirugías cardíacas.

Plazos que, sin duda, son alentadores y para los que el Ejecutivo "no escatimará esfuerzos, con el fin de mantener la máxima calidad de Osakidetza". Y que estarán reforzados, ha anunciado el lehendakari, con una inversión de 1.200 millones de euros en ocho años en la renovación de centros de salud y adquisición de nuevos equipamientos médicos.

El objetivo, ha remarcado el lehendakari, es que Osakidetza siga siendo "un sistema de salud público de referencia, cercano y de máxima calidad. Queremos que la persona usuaria que entre por la puerta sienta que está recibiendo el mejor servicio posible. No escatimaremos esfuerzos", ha asegurado.

Y, tras admitir que "esperar un día menos marca la diferencia a la hora de tratar a una persona porque cada día cuenta y cuenta mucho", ha recordado que la experiencia ha demostrado "la necesidad de contar con herramientas que permitan adoptar decisiones en momentos de crisis sanitarias" y de establecer el marco de la salud en todas las políticas públicas. Para eso, ha recordado que se encuentra en tramitación en este Parlamento la nueva Ley de Salud Pública.