Este jueves la Unidad Sindical de la Ertzaintza vuelve a la carga en su batalla abierta con el departamento de Seguridad y el consejero, Josu Erkoreka. Como ya ha ocurrido en variadas ocasiones durante los últimos meses, representantes de los sindicatos ERNE, ESAN y SIPE se movilizarán a las puertas del Parlamento vasco para reclamar una mejora de sus condiciones laborales y la actualización de un convenio que lleva más de una década sin revisarse. 

Una protesta dirigida especialmente a Erkoreka quien, al término de esta legislatura, abandonará su cargo como consejero y vicelehendakari, y al que acusan de estar llevando a cabo una "campaña de difamación" contra el colectivo de la Ertzaintza en su totalidad. De hecho, uno de los principales reclamos por parte de estos sindicatos es que el consejero reactive la Mesa de Negociación 125 -donde se negocian este tipo de cuestiones- para abordar un conflicto "enquistado" y que para ellos "va mucho más allá de lo meramente económico". 

Fuentes de la Unidad Sindical consultadas por este medio insisten en la idea de que Erkoreka, pese a que tomó el cargo en 2020, "en ningún momento ha ejercido como consejero de Seguridad", sino que ha estado "oculto detrás de un equipo totalmente inefectivo. E incluso distorsionador". Cuya actitud, a su juicio, no ha hecho sino contribuir aún más al "enquistamiento" de una situación que el principal cuerpo de seguridad de Euskadi viene arrastrando desde hace casi 15 años.

"Ya sabemos que el señor Erkoreka está en una campaña de difamación contra el colectivo de la Ertzaintza. Podría ser solo contra las organizaciones sindicales y quienes lo representamos, pero comprobamos con estupor como difaman a toda la institución. Escuchamos que la Ertzaintza merece un reproche social. Es como un apartheid para dejarnos fuera de lo que es el entramado del Gobierno vasco", aseveran. 

Las reuniones entre ambas partes se paralizaron hace meses y no parece que vaya a haber avances en torno a esta cuestión, sino todo lo contrario. Desde ERNE, ESAN y Sipe aseguran que el departamento de Seguridad se ha dedicado a realizar interpretaciones nocivas de la situación, y no ha hecho más que "enrarecer y tensionar más", un conflicto laboral que se mantendrá como una de las grandes manchas en la trayectoria política de Erkoreka. Mano derecha del lehendakari, Iñigo Urkullu, y el único, junto a la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, que ha sido parte del Ejecutivo vasco durante los últimos 12 años. 

La unidad sindical de la Ertzaintza durante una manifestación / Cedida

Una herencia para el nuevo consejero

Llagados a este punto, desde la Unidad Sindical, insisten en la necesidad de reactivar la mesa 125 para así tomar una acción inmediata ante una pugna más que extendida en el tiempo y que, de no solucionarse pronto, será heredada por el nuevo consejero de seguridad que entre en sustitución de Erkoreka. Algo de lo que son muy conscientes los miembros de los sindicatos. Estos piden "no esperar a futuras legislaturas", porque los problemas que atraviesa la Ertzaintza "transcienden lo meramente laboral". "Es una cuestión dilatada en el tiempo que afecta también a la ciudadanía, y si hubiera un poco de responsabilidad por parte del consejero y su equipo se sentarían mañana mismo a encarar la problemática", aseguran.

En su intento por encontrar una salida a este conflicto, a finales del pasado 2023 los sindicatos de la Ertzaintza se reunieron con representantes del PNV, PSE-EE y PP, en una citas dirigidas a poner su versión encima de la mesa. En ellas, según relatan, comprobaron "con estupor" como las comparecencias del consejero en comisión parlamentaria dibujaban "una arcadia donde todo está bien y hay una serie de personas en la Ertzaintza y sus grupos sindicales que lo único que hacen es exagerar". 

Sin embargo, pasados ya varios meses, y aunque el representante del Partido Socialista, Eneko Andueza, se refirió expresamente a esta situación; el PP invitó a los sindicatos a intervenir en la Comisión de Seguridad del Parlamento; y el presidente EBB, Andoni Ortuzar, admitió la necesidad de reconducir este conflicto laboral, los avances hasta ahora han sido nulos. Por esta razón, insisten en la necesidad de, mediante movilizaciones como la de este jueves, dar a conocer "cuál es la realidad de la Ertzaintza", mas allá de la version "amparada por una justificación estadística totalmente manipulada", que, según los sindicatos, ha compartido Erkoreka en comisión parlamentaria. 

El lehendakari, Iñigo Urkullu, junto al consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, en el Parlamento vasco / Legebiltzarra

"Nos mostramos posibilistas a la negociación, pero vemos que no hay ninguna voluntad de negociar por la otra parte, y para nosotros es una cuestión de necesidad. La Ertzaintza necesita de atención, de cuidado y de una actualización en sus formas de trabajo, en el número de efectivos, y un montón de cuestiones más. Creemos que es una problemática que hay que encarar, y lo tendrá que hacer la siguiente persona que ocupe la consejería de Seguridad. Sea del partido que sea", aseveran desde la Unidad Sindical. 

Hartazgo y tristeza

La situación, lejos de estar superada, mantiene en pie de guerra a los representantes sindicales. E incluso hace varios meses provocó el nacimiento del movimiento asindical 'Ertzainas en Lucha', apoyado por el sindicato Euspel, y que, entre otras cosas, reclama una subida salarial que equipare los sueldos de los agentes de este cuerpo con el del resto de policías locales y municipales. Una exigencia en la que el departamento de Seguridad no cede y que, al mismo tiempo, oculta muchas de las peticiones que hacen ERNE, ESAN y SIPE, basadas en la renovación del material, aumento de la formación y, en general, de las condiciones en las que trabaja la Ertzaintza

Sin embargo, como denuncian en la Unidad Sindical, desde el equipo de Erkoreka insisten en que las peticiones de están centradas únicamente en las mejoras económicas cuando en realidad el conflicto "ha trascendido lo laboral" y está ya afectando a la sociedad en su conjunto. Algo que está provocando un sentimiento de "hartazgo" y "tristeza" en buena parte de los integrantes del principal cuerpo de seguridad de Euskadi.