¿Periodista o espía? Pablo González versus Pavel Rubtsov
Tras dos años y medio en prisión, el periodista vasco ha sido liberado en un intercambio de periodistas presos entre Rusia y Polonia. Permanecerá unos días en un hospital de Moscú por un problema en un pulmón
3 agosto, 2024 05:00Noticias relacionadas
Después de dos años y medio en prisión preventiva en Polonia, el periodista vasco Pablo González fue liberado este jueves en el marco de un intercambio de periodistas presos entre Rusia y Polonia. El caso de González, acusado de ser un espía ruso, ha dado mucho de qué hablar a lo largo de este tiempo en el que no se han llegado a presentar pruebas sólidas en su contra, ni se ha celebrado juicio.
La familia y allegados de González -nacido en Moscú en 1982 como Pavel Rubtsov- han denunciado continuamente la falta de pruebas sólidas y la situación en la que ha estado encarcelado, así como la falta de movimientos por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores. En este sentido, en una entrevista en Radio Euskadi, la pareja del periodista, Oihana Goiriena, criticaba la postura del Gobierno central y aseguraba no haber recibido ninguna llamada a lo largo de este tiempo. "Ahora ya que se la ahorren. No la espero, ni la quiero", señalaba Goiriena.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, saludó a los presos liberados a su llegada al aeropuerto de Moscú, entre ellos a Pablo González que tiene nacionalidad rusa y española, para luego extender sus felicitaciones. Este gesto ha creado cierta controversia, pues algunos consideran que demostraría que sí tenía vinculación con Rusia.
El saludo de Putin ha provocado que muchos crean que Pablo González (o Pavel Rubtsov) es realmente un espía ruso y no sólo un periodista. La prensa nacional e internacional está abordando el caso durante los últimos días. Este domingo, en 'El País' se apuntaba a que el vasco sería espía aunque también se recogía la versión de su familia y abogado, que apuntan a que no lo es.
Incomunicado con su familia
Más allá de las dudas, están los hechos ciertos. Pablo González fue detenido acusado de espionaje para Rusia en febrero de 2022, cuando estaba trabajando como corresponsal para informar sobre la invasión rusa de Ucrania. Desde entonces, no se presentaron pruebas sólidas y González estuvo prácticamente incomunicado tanto con su familia como con sus abogados. Y eso es, precisamente, lo que peor llevaba, según contaba su pareja a Crónica Vasca.
La condiciones en la cárcel de Polonia eran muy duras: se encontraba en un módulo de máxima seguridad, incomunicado con cualquier preso y solo le permitían salir una hora al día a un pequeño patio.
Movilización de las asociaciones periodísticas
Oihana Goiriena ha agradecido constantemente la ayuda de grupos de apoyo, instituciones vascas, medios de comunicación y asociaciones periodísticas. Desde la Asociación Vasca de Periodistas - Colegio Vasco de Periodistas calificaban este caso de "triste e inadmisible". "Me parece que en suelo europeo, una falla democrática de este calibre es algo que debería sonrojarnos y darnos vergüenza", reflexionaba la presidenta de y decana, Amaia Goikoetxea.
Asimismo, en el mes de mayo, un total de 48 periodistas delegados de asociaciones profesionales y sindicatos de 37 países europeos reclamaron la liberación del periodista, además de exigir que se celebrase un juicio con garantías o su repatriación "inmediata" a España para que se efectuase aquí la vista oral. En este sentido, la Federación Europea de Periodistas criticaba de forma tajante a las autoridades judiciales y políticas polacas y reprochaba "la casi inacción de las autoridades españolas".
Un problema en el pulmón
Este domingo por la tarde se ha conocido que Pablo González permanecerá todavía en observación unos días en un centro sanitario de Moscú tras detectársele un problema en los pulmones en las pruebas médicas que se le han realizado tras ser puesto en libertad el pasado 1 de julio después de casi dos años y medio encarcelado.