La abstención de los socios de Sánchez, entre ellos Bildu, tumba el impuesto a la banca

Este lunes, el Congreso de los Diputados ha reactivado la Comisión de Hacienda encargada de debatir el proyecto de ley para un nuevo impuesto del 15% a las empresas multinacionales. 

Una comisión que, la semana pasada, tuvo que posponerse en dos ocasiones por las discrepancias entre PSOE, Sumar y el bloque de investidura en cuanto al amplio paquete de medidas fiscales. 

Pues bien, tras la celebración de esta comisión, el Congreso de los Diputados ha aprobado una subida de dos puntos porcentuales del IRPF para las rentas del ahorro superiores a 300.000 euros —del 28% al 30%— y ha tumbado el mantenimiento del impuesto a la banca con la abstención de ERC, Bildu y BNG, socios del Gobierno de Pedro Sánchez.

La comisión también ha aprobado bajar el impuesto de sociedades a las cooperativas y empresas que facturan menos de un millón de euros y una mejora de la tributación de las actividades artísticas.

Asimismo, se ha aprobado una bonificación de las cuotas a la Seguridad Social para los clubes y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro.

Comisión de Hacienda del Congreso / ZIPI ARAGÓN - EFE

Abstención de Bildu, ERC y BNG

El mantenimiento del impuesto a la banca ha estado en el aire hasta el último momento —se ha llegado a registrar un texto alternativo, pactado por PSOE, Sumar y Junts, en el que se incluía un tramo adicional— y se ha producido, incluso, un empate a votos (debido a la abstención de EH Bildu, ERC y BNG), aunque finalmente el texto ha caído por el voto ponderado.

Estas iniciativas quedan incorporadas al proyecto de ley que establece un tipo mínimo del impuesto de sociedades del 15% para las multinacionales, que todavía está pendiente de votación en la Comisión de Hacienda, al igual que el resto del paquete fiscal del Gobierno y de las enmiendas presentadas por el resto de los grupos, entre ellas las que piden mantener el impuesto energético.

El debate en la comisión se ha desarrollado en un ambiente de fuerte tensión y desconcierto, con recesos, largas discusiones técnicas y muestras de confusión por parte de todos los grupos parlamentarios sobre lo que se estaba votando.

Las enmiendas rechazadas pueden quedar vivas —y, por lo tanto, volver a ser debatidas y votadas— en el Pleno que se celebrará el próximo jueves.