Parece obvio que la negociación para los Presupuestos de 2026 en Euskadi está destinada al fracaso. Porque los partidos gobernantes, PNV y PSE, no necesitan apoyos al gozar de mayoría absoluta. Y porque las propuestas de EH Bildu, acaso demasiado ambiciosas, han caído en saco roto.
El portavoz de Bildu, Pello Otxandiano, recordaba este martes que el Ejecutivo dirigido por Imanol Pradales prometió reuniones previas a la presentación del anteproyecto que no se han celebrado y denunciaba que sus propuestas no han tenido respuesta. O, dicho de otra manera, dejaba claro que el consejero del ramo, Noël d'Anjou, no les ha tenido en cuenta.
La queja de Otxandiano sobre la forma es legítima y, si nos atenemos a los hechos, también es certera. Porque, en efecto, el consejero de Hacienda y Finanzas presumió de que se reuniría con los diferentes partidos antes de presentar la propuesta gubernamental de las cuentas. Y, salvo que haya habido encuentros no oficiales, esas reuniones no se han celebrado.
Claro que tampoco hay que poner el grito en el cielo tan pronto. Porque a partir de ahora sí se celebrarán reuniones del Gobierno con los partidos. Por ello, si hubiera voluntad real de acuerdo por ambas partes, quizás algunas políticas podrían pactarse y traducirse en enmiendas que a su vez se traducirían en nuevas partidas destinadas a mejorar la vida de la gente.
La duda está precisamente en si existe esa voluntad de pacto o, por el contrario, todos saben que no habrá acuerdo y simplemente juegan al gato y al ratón para culparse después de la falta de consensos. Esas estrategias son tan antiguas como innecesarias y tan habituales como improductivas. Esperemos que los unos y los otros no jueguen a ese vetusto juego.
Bildu afea al Gobierno vasco su actitud. Pero a Bildu también se le puede afear que intentase colocarse como socio prioritario frente al resto de partidos al proponer "acuerdos de país" a las formaciones gobernantes o que propusiera un megapacto que incluía las cuentas públicas de las Diputaciones.
Por ahora, por tanto, muchos gestos y pocas nueces. Sería maravilloso que el Gobierno vasco y la oposición negociasen en serio para mejorar unos presupuestos que seguramente requieren mejoras. Pero si nos van a hacer perder el tiempo, mejor sería que se ahorrasen el paripé.
