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Intolerancia a la lactosa: cómo identificarla y convivir con ella
Los nuevos tests de orina permiten un diagnóstico más rápido y menos molesto que las pruebas convencionales
1 noviembre, 2022 00:10La leche es una fuente importante de energía alimentaria, proteínas y grasa que tiene gran importancia durante el crecimiento. Pese a todas sus propiedades, hay personas que no toleran uno de sus componentes, la lactosa, un azúcar que también está presente en otros muchos alimentose, incluso, en algunos medicamentos (antiinflamatorios, antibióticos…).
La mayoría de las personas asocian la lactosa a la leche y a sus derivados como el yogur o el queso, pero este azúcar también es un componente que se puede encontrar en carnes procesadas, el pan, las galletas, la bollería y pastelería industrial, los embutidos, patés, salsas, los pescados congelados, las golosinas o las conservas.
Causas y síntomas
“La intolerancia se produce cuando existe una incapacidad total o parcial para digerir adecuadamente la lactosa. Se debe a una disminución de la actividad de la enzima lactasa que es la que descompone la lactosa en azúcares más simples para poder ser absorbidos”, explica el doctor Ignacio Javier Ansotegui, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Bizkaia.
Cuando la actividad de la enzima es demasiado baja, la lactasa sin digerir pasa al intestino grueso donde fermenta provocando flatulencias, dolor y diarrea. Otros síntomas que aparecen tras la ingesta de lácteos en pacientes con intolerancia a la lactosa son distensión abdominal o ruidos audibles de tripas. Su gravedad depende de la cantidad de lactosa ingrida, del nivel de deficiencia de lactasa y de la susceptibilidad de cada persona.
El tratamiento consiste en evitar la lactosa en la dieta y, en determinadas situaciones, utilizar suplementos de la enzima (lactasa) cuando se consuman productos lácteos.
La prueba del aliento
La prueba habitual para el diagnóstico de mala absorción de lactosa es el test del aliento. Consiste en obtener muestras de aire espirado (soplando) tras la administración de una cantidad conocida de lactosa.
Hasta ahora, las pruebas para detectar la intolerancia a la lactosa consistían en hacer que el paciente ingiriese un preparado con lactosa y posteriormente se hiciera un análisis de sangre o una prueba de hidrógeno en el aliento, una acción "molesta" para el paciente.
Recientemente, se han incorporado nuevos métodos diagnósticos como el test de orina, desarrollado por el Hospital Quirónsalud Bizkaia y la empresa vasca Biolan Health dentro del marco de la iniciativa OSASUNBERRI, que promueve incorporar innovación de kilómetro 0 al sistema de salud vasco.