La acalasia es un trastorno poco frecuente que dificulta el paso de alimentos y líquidos hacia el estómago. Este problema impide comer aunque se tenga apetito, ya que es difícil tragar y el esófago se convierte en un nudo que obstruye el camino hacia el estómago.
Se trata de una patología que no tiene cura y cuyos síntomas empeoran con el paso del tiempo. Reflujo, dolor torácico, tos o acidez gástrica son algunos de los indicios que avisan de que existe un bloqueo en el esófago. En ocasiones, esta molestia se confunde con otras enfermedades con síntomas parecidos y eso provoca que no se trate a tiempo.
¿Qué es la acalasia?
“La acalasia es un trastorno motor-esofágico que tiene como síntoma principal la dificultad para tragar por una falta de relajación de la zona que conecta el esófago con el estómago, conocida como la unión esofagogástrica”, explica la doctora Julyssa Cobián, de la Unidad del Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa.
“El síntoma principal es la disfagia, pero puede presentar otros, como el dolor torácico de origen no cardiaco y también regurgitaciones, que se dan cuando la comida sube hacia la boca", añade el especialista.
Un nuevo tratamiento: el POEM
Este trastorno se puede tratar con endoscopia, procedimientos mínimamente invasivos o cirugía. No obstante, recientemente ha surgido una técnica novedosa para tratar esta enfermedad. Se trata de la miotomía peroral endoscópica (POEM). Tan nueva que el pasado 21 de marzo se practicó por primera vez en Euskadi.
Esta intervención fue practicada por el doctor Francisco Javier Zozaya, jefe de la Unidad de Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, y posibilitó que la paciente, de 67 años, fuera dada de alta al día siguiente.
La mujer, que había pasado doce años sin haber podido tragar alimentos de forma normal y sin dolor, venía de someterse sin éxito en un centro madrileño a una técnica quirúrgica conocida como ‘Miotomía de Heller, consistente en “cortar la musculatura que está contraída en la unión entre esófago y estómago”, afirma el especialista.
Su aplicación
El doctor Zozaya, que explica que “esta intervención suele durar entre hora y media y dos horas, detalla el desarrollo de la intervención que se practicó a la mujer guipuzcoana de 67 años de edad.
“Realizamos un túnel por dentro de la pared del esófago, nos introducimos a través de la mucosa y vamos avanzando entre las diferentes capas de la pared hasta la unión entre esófago y estómago. En ese momento cortamos parcialmente las fibras musculares tanto de esa unión como, en el caso de esta paciente, de gran parte del esófago”, relata el doctor.