El mejor pueblo de Euskadi para jubilarse sin agobios, según la IA: “Todo el mundo se saluda, es muy tranquilo y está cerca del mar”

A veces pensamos que no vivimos en el lugar adecuado para cuando nuestra actividad profesional termine. La jubilación requiere en ciertas personas otras formar de vivir, necesidades e incluso salir de la que ha sido su casa por unos años.

En busca de un nuevo lugar o como segunda residencia para afrontar esos merecidos años de jubilados, donde ya lo que predomina es disfrutar de la vida. En Euskadi, hay varios pueblos que son recomendados para la etapa de jubilados.

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En esta ocasión, si quieres huir de la masificación y los altos precios de San Sebastián, uno de los pueblos perfectos para vivir tu jubilación, según la IA es Hondarribia. Cercano a San Sebastián, se trata de un pueblo que tiene todos los servicios de primera necesidad.

Elegir este pueblo medieval es apostar por una vida tranquila, cómoda y de alta calidad en uno de los pueblos más bonitos del País Vasco. El factor clave es la ubicación privilegiada, cerca del mar y de la frontera francesa, lo convierte en un lugar ideal para quienes buscan paz sin aislamiento, con buenos servicios y un entorno natural envidiable.

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A estas edades, otros de los atractivos a tener en cuenta es la convivencia con los vecinos. En Hondarribia, esta destaca por ser respetuosa, cercan y tranquila. Según la IA, es un pueblo donde aún “se saluda en la calle, donde los vecinos se conocen y donde predomina el civismo. Las personas mayores son bien valoradas e integradas, y existen numerosas actividades para socializar y mantenerse activo. Aquí no hay agobios, pero sí comunidad”.

Playa de Hondarribia.

Hondarribia, la ciudad para una jubilación feliz

Además, ofrece una excelente combinación de mar y montaña, con un clima suave, playas limpias, rutas de senderismo accesibles y paisajes verdes todo el año. Es ideal para caminar, relajarse y disfrutar de la naturaleza sin alejarse de los servicios esenciales: cuenta con un centro de salud moderno, transporte público eficiente y proximidad a hospitales como el de Donostia.

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A nivel cultural y gastronómico, el pueblo conserva su esencia marinera y vasca, con un casco histórico amurallado lleno de encanto, barrios con identidad propia como La Marina, y una de las mejores ofertas gastronómicas del norte peninsular. Todo ello en un ambiente seguro, cuidado y sin estrés.

Aunque Hondarribia ofrece una calidad de vida excelente, también tiene algunos inconvenientes a tener en cuenta. El principal es el precio de la vivienda, sensiblemente más alto que en otros pueblos del interior vasco, debido a su atractivo turístico y su ubicación privilegiada.

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Por otro lado, durante los meses de verano y en puentes festivos, el pueblo puede experimentar un ligero aumento de visitantes, lo que rompe parcialmente la tranquilidad habitual. Por último, el clima atlántico implica lluvias frecuentes y cielos grises gran parte del año, algo que puede no ser del gusto de quienes prefieren ambientes más soleados y secos.

En definitiva, Hondarribia es perfecto para jubilarse si buscas un lugar acogedor, con belleza natural, buenos servicios, vida tranquila y una convivencia sana. Un rincón donde la vida se vive sin prisa, pero con calidad.

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Hondarribia y sus orígenes

Sus orígenes se remontan al Paleolítico, y su privilegiada situación estratégica la convirtió en un enclave de gran relevancia a lo largo de los siglos.

Durante la época romana, sus aguas servían para exportar minerales extraídos de las cercanas minas, pero fue en la Alta Edad Media cuando comenzó a ser fortificada, primero por los reyes de Navarra y luego por los de Castilla.

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Uno de los pueblos más visitados de la costa guipuzcoana, según National Geographic. Además, en el ranking de los pueblos más bonitos de España que ha realizado el mencionado medio, ocupa la 64 posición, siendo el segundo pueblo vasco.