Los 'riders' vascos se asocian para mejorar sus condiciones y hacer frente a las grandes plataformas
Eraman en Vitoria y Botxo Riders en Bilbao son dos cooperativas creadas por jóvenes vascos que aman esta profesión pero quieren desempeñarla con unas condiciones "dignas" de trabajo
24 mayo, 2021 05:00A principios del mes de mayo, el Gobierno daba luz verde a la nueva regulación que obligará a las plataformas digitales a contratar a sus repartidores como asalariados en un plado de tres meses. La conocida como 'Ley Rider' es la primera normal de estas características que se aprueba en la Unión Europea y tiene como objetivo proteger a este colectivo "vulnerable". Según datos que proporcionaba la propia ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, durante este tiempo, la Inspección de trabajo ha regularizado más de 16.000 empleos, teniendo un impacto de 29 millones de euros.
En Euskadi, algunos jóvenes han querido dedicarse a esta profesión pero al margen de estas grandes plataformas como Glovo, Deliveroo o Uber Eats. Así, han surgido varias cooperativas para realizar este trabajo de forma digna. Concretamente son Eraman en Vitoria y Botxo Riders en Bilbao. Ambas nacen dentro de la federación de cooperativas de entrega por bicicleta, CoopCycle, una red de ayuda mutua entre 'riders' donde comparten información y herramientas para poner en marcha el proyecto.
Botxo Riders se unió a la federación en febrero del pasado año, y en agosto empezaron a hacer los primeros repartos. "La idea surgió porque nos gusta la profesión de mensajero en bicicleta, pero no podíamos hacerlo dentro de una plataforma con condiciones dignas. Al igual que nosotros, había más repartidores en Europa y también en España que se organizaban para formar sus propias cooperativas", explica Ihering Delirrage, uno de los socios fundadores.
En este momento, son tres los socios que la conforman y trabajan con seis restaurantes y unos 30 comercios locales de Bilbao. "Algunos restaurantes nos buscan porque no cobramos comisiones abusivas, no explotamos a nuestros trabajadores y tenemos un sistema de encargos tan bueno e intuitivo como Glovo o Deliveroo", apunta Delirrage. Su método de pago en restauración es mediante una comisión sobre el valor del envío más un fijo que paga el consumidor final. Con el comercio local, tienen la ciudad dividia en zonas y las tarifas tienen como referencia el peso, volumen, tiempo de entrega y tiempo entre encargo y entrega.
"Trabajar de manera sostenible y ética, con carácter y piñones", esa es la premisa bajo la que nace Eraman en Vitoria. La idea de estos jóvenes en la capital alavesa llegó durante el confinamiento y a día de hoy ya están dando pedales por la ciudad repartiendo. Empezaron siendo 3 y ya son 14 repartidores. Hacen entregas de paquetería, mensajería, prensa, alimentación y productos hosteleros que trabaja en Vitoria, pero esperan hacerlo pronto en el resto de Euskadi. Ellos trabajan con una tarifa plana para sus clientes, de manera que el precio no se calcula como un porcentaje de cada pedido, sino por su volumen y la distancia a la que hay que llevarlo.
Un primer paso para “desprecarizar” el sector
Precisamente Ihering Delirrage, uno de los socios de Botxo Riders, trabajó durante un tiempo tanto en Glovo como Deliveroo y Uber Eats. Bajo su experiencia, en un primer momento, las condiciones eran "aceptables" porque pagaban bien por pedido y a final de mes le llegaba para un sueldo. "Con el tiempo, se sumaron más restaurantes y llegaron más 'riders' de forma desproporcionada a la demanda, bajar las tarifas por cada reparto. Sumado a eso, la tarifa plana iba subiendo y yo he llegado a estar una media de 12 horas activo en la App por día para llegar al sueldo mínimo. En resumen, se trabajaba más de lo establecido por ley para ganar el mínimo, sin cotizar, sin seguro y a mercé de las decisiones estratégicas de las compañías", relata.
El próximo 27 de mayo, el Congreso votará la ya conocida como 'Ley Rider' que obliga a estas compañías a contratar en tres meses a los repartidores. Desde esta cooperativa, ven esto como tan solo un primer paso para desprecarizar el sector. "Esta norma reconoce la relación laboral entre las plataformas y repartidores por un lado, pero abre camino a la tercerización de las flotas que en otros colectivos como las 'Kelly' se ha visto se sigue vulnerando los derechos de las trabajadoras. No ofrece una solución a los miles de repartidores que se quedaran sin trabajo y tampoco hay un intento de regularizar la situación de los inmigrantes sin permiso de trabajo que fueron víctimas de los alquileres de cuentas".
Numerosas sentencias a favor de los 'riders'
Durante los últimos años, han sido numerosas las sentencias dictadas desde los tribunales superiores de justicia autonómicos al respecto. La primera sentencia ganada por un repartidor se dictó en Asturias en julio de 2019 cuando un 'rider' de Glovo denunció un despido improcedente. La Justicia le dio la razón asegurando que la vinculación laboral del trabajador con la empresa era de trabajador por cuenta ajena. Meses más tarde, en enero de 2020, tuvo lugar la primera macrosentencia que afectaba a Deliveroo. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid falló que 537 repartidores trabajaban como empleados.
En Euskadi, la Justicia se pronunció por primera vez en el mes de enero en una sentencia que afectaba a los repartidores de una empresa franquiciada de MRW. La más reciente, ha sido a principios de este mismo mes de junio, cuando un juzgado de Bilbao reconocía a 300 repartidores de Glovo como 'falsos autónomos'. Tras un macrojuicio que arrancaba en marzo, se obligaba a la empresa a cotizar los periodos marcados por la Inspección de Trabajo cuya suma ascendía a 343.814 euros.
Sin embargo, la sentencia más importante, y que ha sentado las bases sobre las que nace la 'Ley Rider', llegaba el pasado mes de septiembre desde el Tribunal Supremo. Era la primera vez que el Alto Tribunal se pronunciaba al respecto y declaraba que la relación existente entre un repartidor y la empresa tiene naturaleza laboral y que los 'riders' son falsos autónomos.