Las mejores monas de Pascua de Euskadi: en una pastelería que enamoró a Alfonso XIII y a Marta Pombo

Faltan unos cuantos días para la llegada de la Semana Santa, uno de los festivos más esperados por los españoles. Una fiesta que comenzó en el año 325, según señala el Ayuntamiento de Barcelona en su página web, cuando el Concilio de Nicea "fijó la fecha de celebración de Pascua para todo el ámbito católico occidental". Desde entonces, la tradición ha continuado hasta hoy día y, con ello, la elaboración de varios dulces típicos en estas fechas, como las torrijas, la leche frita, las rosquillas de Cuaresma o las monas de Pascua, entre otros.

Estas últimas, según el mismoSe  consistorio en su artículo ¿Qué significa y de dónde proviene la costumbre de la mona de Pascua?, tienen unos orígenes y un significado incierto. Una gran parte de los expertos señalan que se trata de una costumbre "de orígenes paganos que el cristianismo asimiló". Además, este "ciclo pascual" mantiene "ciertos aspectos" referidos a "rituales de fertilidad ligados a la llegada de la primavera".

El Costumari Català del etnólogo y folclorista Joan Amades, expone que la mona de Pascua se cita en el siglo XV con este mismo nombre. Lo que "desmonta" la creencia de que "la palabra hace referencia a la costumbre de un pastelero barcelonés del siglo XIX de coronar sus pasteles de Pascua con una figurita en forma de mona". La mona sería más antigua, ya que otra teoría apunta que la palabra tiene raíces árabes y que viene de mûna. Esta significa 'regalo' o 'provisión de la boca'. "Los defensores de esta idea explican que sería una manera antigua de tributar el arrendamiento de tierras en especias a base de cocas, huevos duros y más productos agrícolas". 

La mejor mona de Pascua de Euskadi 

Lo que sí se sabe es que hoy día las monas de Pascua se encuentran durante la Semana Santa en todas las pastelerías de España. En Euskadi destaca una, de casi 200 años de antigüedad (la más longeva de Euskadi), por ser una de las mejores en cuanto a la elaboración del chocolate se refiere. Se trata de Martina Zuricalday, todo un icono de la villa de Bilbao y un comercio al que más acuden los bilbaínos y turistas.

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Se dedican a elaborar todo tipo de dulces. Desde los más típicos de Bilbao, como la Carolina y el bollo de mantequilla, el pastel de arroz y el Pastel Vasco hasta tartas, pasteles, hojaldres, trufas y productos tradicionales de diferentes festivos, como las galletas de Marijaia por la Semana Grande de Bilbao, las tortas de San Blas, galletas de San Valentín, las tostadas de Carnaval y los Carolinos, galletas por el día del padre y de la madre y tartas, galletas, cupcakes, piruletas de galleta, macarons, pastas y huevos de chocolate durante la Pascua. 

Precisamente el inigualable chocolate que utilizan para preparar estas obras de arte lleva enamorando a todos desde hace siglos. Prueba de ello es que, como mencionan desde su propia web, los reyes Alfonso XII y María Cristina "solicitaban chocolates y azucarillos en el siglo XIX" para ofrecérselos a sus invitados. Asimismo, el rey Alfonso XIII y la reina Victoria "también eran asiduos" a sus clásicos postres en el siglo XX, como los pasteles, macarons, tartas, hojaldres y el bilbaíno bollo de mantequilla. 

De este último y de Martina Zuricalday también se ha enamorado la influencer Marta Pombo, hermana de las también influencers María Pombo y Lucía Pombo. Los bollos aparecieron hace unos meses en su Instagram y en el post expresó que sus suegros la conocían "bien". Se trata de una pastelería con seis generaciones detrás que, pese a su antigüedad y pase el tiempo que pase, ha conseguido mantener el equilibrio entre la tradición y la modernidad y lo seguirá haciendo.