Ni coches, ni autobuses, ni la propia actividad humana. De todos los elementos causantes de la contaminación en las ciudades, el parque edificado se lleva la palma. La capital de Euskadi, donde buena parte de los inmuebles pertenece a los 60, antes de que la normativa estableciera unos mínimos en las condiciones técnicas de la construcción, ejemplifica bien esta fotografía. Y los datos son perfectamente extrapolables a la realidad general de España. Viviendas, comercios, oficinas y demás inmuebles apenas ocupan el 15% de la superficie municipal, pero son responsables del 54,5% de las emisiones de C02.
Hace falta rehabilitar por necesidad ambiental. También por justicia social, porque detrás de una casa que pierde calor suele haber una familia que no puede permitirse una reforma. Y, ya de paso, para generar empleo. Por eso, Vitoria se ha embarcado en un ambicioso programa financiado por la Comisión Europea de la mano de otras seis localidades españolas que, como la capital vasca, forman parte de la Misión de Ciudades de la Unión Europea: Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza, además del Centro Tecnológico CIRCE y la Fundación Cesefor.
El proyecto, en el que Vitoria ejerce al mismo tiempo como coordinadora, se llama Urbanew. Arrancó en octubre de 2023 y busca acelerar la descarbonización del parque edificado con una nueva manera de trabajar que agite la participación ciudadana. "Avanzar hacia la neutralidad climática ayuda al medio ambiente, a la soberanía energética, al impulso del empleo, a la salud y bienestar de las personas… Por eso, queremos crear una gobernanza multi-ciudad que favorezca las uniones, asociaciones, y la complementariedad entre organizaciones, actores y ciudadanos", explica Itxaso Molinero, responsable del proyecto europeo en Gasteiz.
La idea es movilizar desde arquitectos y constructores hasta vecinos y estudiantes, con acciones formativas y de sensibilización, para que la comunidad se sienta parte del desafío, tenga ganas de aportar y lo que se haga responda a las necesidades de la ciudad. Para ello, cada localidad participante en Urbanew trabajará sobre un piloto. En el caso de Vitoria es el proyecto de regeneración urbana de Zaramaga, que ya está en marcha. “Así aprovechamos las sinergias que se han ido creando en la rehabilitación energética de viviendas del barrio, todo el conocimiento acumulado hasta ahora”, apunta Molinero.
Crear un modelo de rehabilitación energética
Con este barrio obrero de Vitoria como campo de experimentos, se trabajará en dos objetivos. El primero es crear de manera compartida un modelo de rehabilitación energética que ayude a mejorar lo que ya se está haciendo en Zaramaga y pueda replicarse en otros lugares. "Dentro de esta pata queremos trabajar en el uso biomateriales de origen local, el autoconsumo y las comunidades energéticas", matiza la responsable de Urbanew. Por otro lado, se quiere codiseñar un modelo de financiación innovador "aprendiendo de lo vivido en este barrio". Si algo ha quedado claro es que resulta fundamental que las ayudas lleguen a tiempo. Hasta ahora, los retrasos en las ventanillas administrativas han frenado obras y perjudicado a "los hogares más vulnerables".
Vitoria se ha embarcado en un ambicioso programa financiado por la Comisión Europea de la mano de otras seis localidades españolas que forman parte de la Misión de Ciudades de la Unión Europea
Como la alineación de agentes locales es clave, este mismo mes de abril empezará un itinerario formativo sobre rehabilitación energética. Se celebrará en formato mixto, presencial y online en Vitoria, Valencia, Valladolid y Madrid, con una primera parte común a todas estas ciudades y un segundo bloque centrado en cada uno de sus pilotos. La idea es que las sesiones sirvan de apoyo para crear una solución técnica cooperativa adecuada a cada localidad, entre gentes del gremio de arquitectura y construcción, técnicos de administraciones públicas, personal del ámbito de la innovación social y económica, representantes de la sociedad civil y administraciones de fincas.
De ahí saldrá el modelo tipo de rehabilitación al que se refiere Molinero. Además, a lo largo de este año también hay previstos talleres en colegios para sensibilizar al alumnado sobre gasto energético en casa y acciones con el vecindario de Zaramaga. Todo ello, en lo que se refiere al ecosistema local. Paralelamente, Vitoria seguirá trabajando con sus seis socios para compartir los resultados de los pilotos, tratar de replicar o escalar esos enfoques sistémicos, inclusivos y multinivel, reflexionar y aprender sobre la marcha. "Es una iniciativa ambiciosa. Por eso en estos primeros meses fundamentalmente nos hemos centrado en coger la inercia, que es lo que más cuesta, mover la maquinaria, al personal", señala Molinuevo.
El pasado mes, sin ir más lejos, la capital vasca recibió a representantes de Colonia y Soria, Ciudades Gemelas de Vitoria dentro de un Programa de Hermanamiento europeo en el que también anda metida. Según cuenta la responsable de Urbanew en Gasteiz, "tuvimos la oportunidad de intercambiar experiencias para fomentar la rehabilitación energética y políticas sostenibles, visitaron Zaramaga y valoraron muy positivamente la importancia que ha tenido la atención e información personalizada con todo el vecindario para lograr la implicación ciudadana en la rehabilitación energética de los edificios del entorno".
En unos días será el Ayuntamiento de Vitoria quien viaje a Barcelona para participar en un workshop. Luego arrancará el itinerario formativo y, a partir de ahí, será un no parar. Además, no queda tanto tiempo para cumplir los objetivos. La Unión Europea se ha propuesto alcanzar la neutralidad climática en 2050, pero las ciudades implicadas en Urbanew se plantean su descarbonización total de aquí a 2030. Un desafío que pasa por enfatizar el poder de lo local, de abajo arriba.