Un turista brasileño visita Euskadi y dice sin filtros lo que piensa: "Como me voy a quedar en el País Chubasco, yo quiero mis 40 grados"

Euskadi, uno de los destinos favoritos para las vacaciones veraniegas en la península ibérica, no siempre logra satisfacer por completo a quienes deciden visitarlo durante los meses estivales.

A pesar de sus numerosos atractivos —como su gastronomía reconocida a nivel internacional, paisajes verdes que parecen sacados de una postal y una cultura rica y singular—, hay un inconveniente que afecta tanto a turistas como a los propios vascos: el clima.

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Durante las últimas semanas, la comunidad vasca ha vivido bajo un cielo cubierto por nubes persistentes. La inestabilidad meteorológica se ha convertido en la gran protagonista del verano, con temperaturas más propias de la primavera o incluso del otoño.

A esto se suma un elemento muy característico de la zona: el xirimiri, esa llovizna fina pero constante, que cala la ropa y hasta el ánimo. A pesar de su aparente suavidad, tiene la capacidad de empapar sin que uno se dé cuenta, convirtiendo paseos y atardeceres en escenas de una escala cromática predominantemente gris.

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Esta particularidad climática ha sorprendido a más de un visitante, incluyendo a un popular creador de contenido brasileño que se encuentra recorriendo diferentes ciudades del País Vasco.

"País Chubasco"

En uno de sus vídeos virales, el influencer muestra con tono irónico cómo la lluvia débil parece no dar tregua. “Mira el tiempo que hace, esto es verano. Yo estaba pensando en quedarme, pero empezó la lluvia, el xirimiri, y esto moja hasta el alma de diablo. ¿Cómo me voy a quedar aquí? Yo quiero mis 40 grados”, comenta en tono divertido, mientras la lluvia continúa cayendo.

La anécdota no termina ahí. Con su característico humor, el influencer incluso bromea al rebautizar la región como el "País Chubasco", un juego de palabras que ha arrancado más de una sonrisa entre sus seguidores y que refleja una sensación compartida por muchos visitantes durante este verano atípico.

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Aunque el clima en Euskadi puede ser impredecible, sigue siendo un destino con encanto. Pero, sin duda, quienes lo visiten deben estar preparados para más de un día nublado, un buen chubasquero y, sobre todo, para entender que aquí el verano se vive de otra manera: entre montañas, pintxos y gotas de xirimiri.