Administración de Lotería número 7 / CV

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Sociedad

Nuria, dueña de una administración de Lotería en Euskadi: “El 20% de El Gordo de Navidad se va a impuestos"

Esto implica que, en el caso de ser agraciado con El Gordo, dotado con 400.000 euros al décimo, el ganador no recibe la cifra íntegra

Nuria, dueña de una administración de lotería: “De cada décimo de Navidad gano un 4,5% bruto, es decir, 90 céntimos”

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El 22 de diciembre es, sin duda, la fecha más esperada por millones de personas que confían sus sueños al azar. Es un día marcado con fuerza en el calendario, donde la ilusión de los españoles se desborda buscando ese “pellizquito” que les permita afrontar su día a día con un poco más de desahogo económico.

En las calles de Euskadi, la atmósfera se transforma mientras las voces de los niños de San Ildefonso empiezan a sonar en todas las casas, preparándose para repartir alegría a centenares de afortunados.

Nuria, quien regenta la administración de lotería N.º. 7 de Vitoria, vive esta vorágine desde la primera línea, conociendo de cerca tanto la esperanza de sus clientes como los detalles técnicos del sorteo.

Uno de los puntos que Nuria más debe aclarar a ciertos jugadores es cuánto dinero llega realmente a sus bolsillos. Aunque la Lotería de Navidad es generosa, el Estado siempre está presente en el reparto.

Según explica, el “70% del precio del décimo se destina directamente a premios”, pero una vez que la suerte sonríe, Hacienda reclama su parte. La lotera vitoriana detalla que “el 20% de los premios va a impuestos”.

Esto implica que, en el caso de ser agraciado con El Gordo, dotado con 400.000 euros al décimo, el ganador no recibe la cifra íntegra. El cobro real neto asciende a “328.000 euros”, debido a que, según sus cálculos y los tramos correspondientes, hay una parte que se deduce automáticamente para el fisco.

La Lotería de Navidad en el rol de loteros

Pero no solo los ganadores tienen sus cuentas; las administraciones también operan bajo márgenes muy específicos. Contrario a la creencia popular de que estos establecimientos obtienen beneficios masivos, Nuria revela que el margen bruto por cada décimo vendido es de apenas un 4,5%, lo que equivale a solo 90 céntimos de beneficio por cada boleto de 20 euros.

Para su administración en particular, el rendimiento neto oscila entre el 30% y el 31%, una cifra que la sitúa en una posición favorable, ya que en otros puntos de venta los costes operativos pueden superar incluso el 40%.

La ilusión de “¿y si toca?”

En cuanto a las costumbres de los vascos, Nuria observa que las manías y supersticiones dictan las ventas. Los números más demandados son, en este orden, "los terminados en cinco, siete y nueve, sin olvidar el tres".

"No hay ninguna razón lógica, es simplemente la manía de la gente", asegura Nuria, quien ve cómo estos décimos vuelan de sus estanterías.

Al final, más allá de los impuestos y las estadísticas, lo que prevalece en cada administración es la magia de esperar que ese número elegido sea el que cambie la vida de alguien.