Manifestación en Gernika contra la violencia machista / Javier Zorrilla - EFE

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Sucesos

Piden 14 años de cárcel para el exentrenador de baloncesto de Gernika por agresión sexual

4 octubre, 2024 12:46

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Ya hay fecha para un juicio muy esperado en Gernika. El exentrenador del club de baloncesto Lointek Gernika se sentará en el banquillo de los acusados entre los días 14 y 16 del próximo enero por un supuesto delito continuado de agresión sexual a una jugadora de 13 años de edad.

Según informa Europa Press, el ministerio público solicita para el procesado, que será juzgado en la Audiencia Provincial de Bizkaia, la pena de 14 años de cárcel, así como la inhabilitación absoluta, el abono de las costas, que se le prohíba acercarse durante un periodo de diez años a la localidad vizcaína de Gernika, donde reside la víctima, y a indemnizarla con 20.000 euros.

El escrito de la Fiscalía destaca que el acusado fue entrenador de baloncesto de la jugadora desde que esta pasó a formar parte del equipo del colegio entre los 10 y los 16 años. A partir de julio de 1998, según relata, comenzó a someter a tocamientos a la entonces menor.

De hecho, subraya que el exentrenador "buscaba y aprovechaba momentos para estar a solas" con ella "a fin de mantener relaciones sexuales", aprovechándose de la situación familiar de la víctima, "dada la ausencia de cuidado y control parentales".

La primera agresión sexual la habría cometido cuando invitó a la joven a ver un partido de baloncesto en una vivienda de la Gernika, municipio en el que ambos residían. Fue entonces cuando le introdujo la mano en el pecho y, al comenzar la menor a llorar, el encausado le aseguró que no volvería a pasar.

Sin embargo, tal como narra el ministerio público, estos "encuentros continuaron en el tiempo y subieron en intensidad". La jugadora se sometía a ellos "dado el temor que le infundía" su entrenador por su posición y la "gran diferencia de edad" que existía entre ambos.

Tal como indica el escrito de acusación también recogido por Europa Press, el "temor" que la víctima sentía hacia su agresor aumentó porque este tocaba el claxon cuando pasaban coche por su casa, conducía "de manera agresiva y temeraria" cuando viajaba con ella o si se mostraba "agresivo y desproporcionadamente exigente con ella en los entrenamientos". Además, le impuso hablar a diario por teléfono.