Una emergente corrupción
Todas las irregularidades son reprochables, pero manchar la imagen de una entidad como la DYA revieste de una gravedad todavía mayor. Los servicios de emergencias son probablemente uno de las entidades públicas más alejadas de la polémica: son quienes están ahí para rescatar al montañero desaparecido, asistir al corredor agotado en una carrera, socorrer a ese animal que se ha caído por un pozo... Tienen el reconocimiento de toda la sociedad, pero a Fernando Izaguirre le pareció oportuno manchar la imagen de la propia DYA a cambio de noches de hoteles lujosos, botellas de champán, muebles y negocios lucrativos en Cataluña. Después consideró que era digno de ser el director de Emergencias del Gobierno vasco. Otra más en ese oasis vasco libre de corrupción en el que habitan alcaldes de Alonsotegui, los directivos de Basurto y Santa Marina y un tal Alfredo de Miguel.