Urkullu y la persecución a los jueces en pro del euskera

Las recientes sentencias del Tribunal Superior de Justicia de País Vasco (TSJPV) respecto al euskera y su papel en la administración pública pueden ser más o menos acertadas, y pueden recibirse de muchas maneras. Pero hablar de una persecución contra este idioma cooficial de Euskadi y denunciar el trabajo de los jueces como ha hecho el lehendakari, Iñigo Urkullu, no es la solución. Y mucho menos es la actitud que debe tomar el máximo mandatario del Gobierno vasco. 

Urkullu está en todo su derecho de querer desarrollar y darle protagonismo al euskera -ya lo hace en la Educación desde hace años-, y es libre de pensar que el castellano se encuentra en "una situación de superioridad" respecto a la lengua vasca, pero lo que no debe hacer, y menos siendo lehendakari, es poner en duda el trabajo de los tribunales y acusarles de estar llevando a cabo una campaña en contra del euskera. 

El lehendakari habla de "falta de sensibilidad" de los jueces, cuando es él, junto al resto del PNV y la izquierda abertzale, quien anima y llama a la movilización como protesta a unas decisiones judiciales. No se equivoca en querer defender el euskera, como lehendakari es su deber darles el mismo valor a los dos idiomas del País Vasco, pero las formas y la acusación pública a los jueces, repetimos, no es la solución.