Amaia Martínez y la oposición 'ciega'

Si hay algo que se ha mantenido constante durante toda esta última legislatura ha sido la oposición férrea de Vox a prácticamente todo lo que se ha presentado, debatido y aprobado en el Parlamento vasco. Representados por Amaia Martínez en la Cámara autonómica, desde la formación ultra se han instalado en el no, y de eso, aunque muchas veces les pese, no va la política. 

La política, la democracia, va de llegar a acuerdos, negociar, ceder en algunas cosas y mantenerse firme en otras hasta que sea la contraparte quien pueda dar su brazo a torcer. Pero esto parece no haber calado en Martínez. El partido que esta representa se mantuvo firme en su postura de votar en contra de todo aquello que apoye EH Bildu. Incluso de aquellas medidas que, a priori, no tengan ningún componente polémico, como pueden ser la Ley de Infancia y Adolescencia y la Ley de Cooperación y Solidaridad que este jueves se aprobaron en el Parlamento vasco. Ambas, aunque en la primera el PP y Ciudadanos se abstuvieron, salieron adelante con un único voto en contra. El de Vox. 

Y ya no hablemos de la tercera norma que se aprobó este jueves, la Ley Trans, en cuya votación Amaia Martínez ni siquiera estuvo presente. 

El lehendakari, Iñigo Urkullu, recordaba este viernes en el Pleno de Control -probablemente el último de esta legislatura y el último en el que él esté presente-, que a Vox "nunca nada" le parece suficiente. Y esto, que para un partido con una única parlamentaria parece no ser de importancia, demuestra el gran recorrido político que debe hacer todavía esta formación. Ajena muchas veces a las necesidades e intereses de la sociedad vasca, y más preocupada por hacer una oposición vacía de contenido que de representar a unos votantes que cada vez se cuentan más rápido.