Jesús Esmorís y un pedido clave para Tubacex
Tubacex ha cumplido antes de tiempo con los objetivos del plan estratégico hasta 2027. Es una buena señal para una compañía obligada a modificar los pilares de su negocio hacia un producto premium de alta calidad ante la llegada de nuevos competidores en los últimos años. Menos toneladas pero de mayor valor añadido, esa es la apuesta de la cotizada alavesa, que vivió unos meses más que delicados poco después del estallido del covid por el ajuste laboral en sus plantas de Llodio y Amurrio acompañado de una larga huelga.
Unos años después la compañía que encabezan Jesús Esmorís y Manuel Moreu mira con optimismo al futuro: las plantas vascas vuelven a ser rentables tras el ajuste salarial y la cartera de pedidos luce buena salud gracias principalmente al macrocontrato con Adnoc, la firma energética de Emiratos Árabes Unidos. Ese macropedido, que probablemente superará los 1.000 millones, ha comenzado a impulsar ya la actividad en las plantas alavesas y cristalizará en nuevas instalaciones en Abu Dabi a comienzos de 2025, un año que pinta bien para una de las industrias tractoras de Euskadi.