La apuesta del nuevo consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco, Mikel Jauregi, por la descarbonización, la sostenibilidad y la transición energética es clara y ha quedado reflejada esta semana al anunciar una inversión de 260 millones en "la transformación industrial vasca".
100 millones dedicados a mejorar la eficiencia energética en el sector industrial y reducir sus emisiones y otros 160 millones enfocados a fomentar el autoconsumo tanto a nivel industrial como doméstico. Una cifra global que no muestra otra cosa que la senda continuista a la de su predecesora Arantxa Tapia en un esfuerzo por transformar la industria vasca. Si bien esta apuesta es clara, y está reforzada por este monto de inversión, el nuevo consejero tiene pendiente todavía desarrollar las vías con las que la va a llevar a cabo.
Y es que esta semana se conocía el rachazo tanto de la Diputación de Álava como la de Bizkaia a los tres parques fotovoltaicos proyectados por la energética madrileña Solaria. Un anuncio que permite ver la dificultad que van a tener estas compañías a la hora de desarrollar sus proyectos en un territorio tan concienciado con el medioambiente como Euskadi.
Es ahora el turno del nuevo responsable de abordar cómo va a llevarse a cabo esa transformación industrial y esa transición energética que está anunciando. Abrir el debate es positivo, pero el Gobierno tiene que poner sobre la mesa soluciones.