Ha sido una semana marcada otra vez por el futuro de los presos de ETA. La aprobación de una nueva normativa en las Cortes que permite a los reclusos etarras descontarse las penas cumplidas en Francia ha generado una polvareda política y mediática que por momentos ha sido imposible de soportar.
Los políticos de diferentes signos han utilizado de forma partidista a las víctimas para atacar a los rivales. Todo ello en un contexto marcado por la sorprendente torpeza de PP y Vox pero también por el asombroso pacto taimado entre Bildu, PSOE y Sumar para aprobar dicha norma.
Nuevamente han sido ellas, las víctimas, quienes han estado realmente a la altura. Han superado una vez más a una clase política que les ha vuelto a fallar. La voz de la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, ha sido un oasis de ética y dignidad en medio del páramo de la confrontación política.
En este periódico, sea con la legislación que sea, seguiremos defendiendo a todas las víctimas del terrorismo, tanto las de ETA, más numerosas, como las del terrorismo de Estado, más olvidadas, como se merecen.
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